Sería ingenuo pensar que los problemas
que azotan a la humanidad hoy en día
pueden resolverse con medios y métodos
que se aplicaron o parecieron funcionar en el pasado.
Mijaíl Gorbachov
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez
Durante este sexenio he escrito varios comentarios dedicados al PRD y su futuro, en esos textos dije que el 2024 la principal batalla del partido sería sobrevivir, buscar su 3% que marca la norma y simplemente no lo consiguieron, han dejado de ser partido político y tendrán mínima representación.
Aquel partido que nació con la fuerza de la disidente del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo en su búsqueda por la presidencia de 1988 a la que se unieron Heberto Castillo, Rosario Ibarra de Piedra y muchos otros con una visión legítima vio la luz en 1990, fueron ganando terreno de a poco hasta conquistar la Ciudad de México en 1997 con Cárdenas Solórzano y la conservaron hasta 2018 en que Miguel Ángel Mancera la entregó a Claudia Sheinbaum, el partido era otro pero en esencia los mismos.
Al PRD llegó López Obrador salido y resentido del PRI, en el tricolor no le hicieron justicia, se fue metiendo hasta los tuétanos, lo impulsaron Muñoz Ledo y Cuauhtémoc Cárdenas, fue presidente del sol azteca y en el 2000 candidato a la Jefatura de Gobierno la cual ganó y desde ahí construyó su primera candidatura presidencial y luego la del 2012 apoyado por otros partidos.
El Pejelagarto les ganaba la partida una y otra vez imponiendo a sus alfiles ocasionando un gran choque con el grupo de “Los Chuchos”. Ya en el sexenio de Enrique Peña Nieto con el “Pacto por México” el tabasqueño no les perdonó que participarán en las Reformas Estructurales del Estado y se fue para formar su partido, los sentenció porque con él se fueron las máximas figuras, las tribus y claro todas las mañas.
Así a los Chuchos no les quedó de otra más que buscar cobijo en alianzas, la mayor fuerza opositora se convirtió en tercera fuerza, perdió gobiernos, municipios, alcaldías, curules y escaños. Luego se transformó en un partido como el Verde o el PT que sirven al mejor postor. Ahora hasta Movimiento Ciudadano los dejó atrás, son un inservible cascarón.
A Jesús Zambrano lo ningunearon Marko Cortés y Alejandro Moreno, no lo tomaban en cuenta para las decisiones importantes, incluso en los anuncios “Chucho” se enteraba en el momento y hasta pedía pausas para analizar.
Dentro de la alianza, el PRD impuso a pocos candidatos y le apostaron a la Ciudad de México y Michoacán, pero no les resultó. A lo anterior hay que sumar que algunos hicieron cambio de chaqueta de varios liderazgos en la Ciudad de México que ya esperan el premio que les va a dar Morena y Claudia Sheinbaum.
El PRD fue una gran alternativa, funcionó bien en la capital del país, ahí se conquistaron libertades, pero se llenó de vicios y tribus caníbales, sus escándalos de corrupción, pero la arrogancia y la ambición desmedida de los “Chuchos” los redujo, ya no eran atractivos para el electorado.
Actualmente solo tienen 16 diputados federales, tres senadores, 109 alcaldes, pero en esta última elección el PRD, no logró 3% de los votos que exige la Constitución, por lo que perderá su registro, Según los Cómputos Distritales y con el 100% de las actas computadas, el partido obtuvo 1.8% de los votos totales en la elección a la presidencial de la República; 2.4% de los sufragios para la Cámara de Diputados, y 2.2%, para el Senado.
Un final triste para un partido que abanderó grandes causas, que participó en la alternancia y construcción democrática, al final se convirtieron en una caricatura, un remedo, pero sus dueños lo sabían. Se les murió el PRD… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.