No sé hasta qué punto un escritor
puede ser revolucionario.
Por lo pronto, está trabajando con el idioma,
que es una tradición.
Jorge Luis Borges
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez
Cuando inició el sexenio y López Obrador incorporó a su gabinete y al equipo de trabajo a varios periodistas que en el pasado habían sido combativos en sus medios de comunicación se pensaba que las cosas iban a cambiar, claro que cambiaron para demoler a los medios del Estado, los convirtieron en lo que tanto criticaron, hoy aquellos personajes arrastran la honorabilidad y perdieron su credibilidad.
Así los medios públicos del Estado se convirtieron en una maquinaria bien aceitada de propaganda, ahí queda Canal Once que por años construyó un gran prestigio y hasta ganó premios a nivel mundial por su programación en particular educativa y cultural. Mientras que sus informativos, aunque privilegiaban lo positivo para el régimen en turno, hacían información y poca editorial. Hoy sus conductores editorializan y no pierden la oportunidad de criticar a la oposición con el mismo discurso que se lanza desde Palacio Nacional.
Qué decir del canal 14 y su programación que pone en todo lo alto al régimen, ni una sola crítica, eso si los comentaristas van contra los periodistas igual que López desde su púlpito matutino y hacen odas para el presidente, muy poco periodismo. Ya sabemos que las instrucciones se dan desde la oficina de Jesús Ramírez Cuevas y las pone en marcha Jenaro Villamil quienes son los operadores de los medios públicos que han olvidado la educación y se han concentrado en el adoctrinamiento, la manipulación y propaganda.
Que lejos quedaron aquellos trabajos de Villamil en Proceso, sus clases magistrales que propios y extraños reconocían, cuestionaba al poder, en estos tiempos hasta su amiga Carmen Aristegui dice que él convirtió a la radio y televisión del Estado en un aparato propagandístico. Ahí están los escándalos que persiguen al comunicador, las antenas que no se colocaron, terrenos inservibles y sus gastos con cargo al erario.
Fue en 2021 cuando Latinus dio a conocer que el Sistema Público de Radiodifusión del Estado (SPR), bajo la dirección de Jenaro Villamil, había asignado dos veces la construcción de unas antenas de radiodifusión que hasta la fecha no existen. La oficina de Villamil maquilló los estados financieros para no hacer ver el gasto de estos contratos como pérdida.
Ahora nuevamente Carlo Loret de Mola expone que contrató a un alto mando de Genaro García Luna cuando era secretario de Seguridad Pública, a Alejandro Sosa Arciniega, para que lo saque de sus problemas. Además, el titular de la SPR ha comprado terrenos que no sirven y acaba de perder un juicio que le costará 40 millones de pesos al erario.
A esto se suma que Luis Mendoza, presidente de la Comisión de Radio y Televisión de la Cámara de Diputados, informó que Villamil, ignoró el llamado de los legisladores de San Lázaro para sostener una reunión de trabajo programada para este 6 de febrero.
Villamil busca ser ratificado por el Senado de la República, difícilmente lo conseguirá, no tiene la estatura y ahí están sus resultados, unos medios al servicio del Pejelagarto… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.