SARA LOVERA*(SemMéxico, Ciudad de México). En México, las mujeres vivimos una crisis humanitaria, donde se pierde la vida de muchas maneras: por las violencias machistas, por el abandonado sistema de salud nacional, por los enfrentamientos del crimen organizado y por la pobreza agudizada ante la sistemática pérdida de derechos y programas alcanzados en los últimos 40 años.
Ahora que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha rendido en masiva concentración un informe por el cuarto año de su gobierno, habló de igualdad social, pero no de igualdad entre hombres y mujeres. Ni se le ocurre. Hay que sumarle el abandono de la política de género y el desmantelamiento del presupuesto en el Anexo 13 para asuntos específicos de las mujeres.
Me pregunto si la polarización política dividió a las legisladoras de ambas cámaras para definir al menos tres asuntos sustantivos: la creación constitucional de un sistema nacional de cuidados, 13 modificaciones en igual número de ordenamientos para poner fin a la división sexual del trabajo y el establecimiento de la despenalización del aborto en el Código Penal Federal, a pesar del avance signado hace 14 meses en el acuerdo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para no criminalizarlo.
Sabemos de la existencia de una permanente resistencia de los grupos conservadores. Son elocuentes los casos de Michoacán y Durango que devuelven sistemáticamente las iniciativas en favor de la interrupción legal del embarazo y, en el segundo, el rechazo tajante a un dictamen.
Pero lo más grave, no obstante que el aborto está considerado como una de las cinco principales causas de mortalidad de la mujer en gestación, las senadoras, encabezadas por Malú Micher Camarena, bajaron en septiembre un dictamen que contaba con el apoyo plural de los grupos parlamentarios.
El argumento es que la senadora, presidenta de la Comisión de Igualdad, fue amenazada en redes sociales, y el dictamen listo para discutirse en el pleno, que despenaliza el aborto el Código Penal Federal, fue simplemente archivado. Las legisladoras no han explicado que pasa, ya que con ello se rompe la igualdad jurídica de las mujeres.
No sabemos realmente por qué bajaron un dictamen consensado. ¿Son razones políticas? Es decir, si las legisladoras han vuelto al pasado, dando peso principal a quedar bien con sus partidos políticos, o si es verdad que la crisis política generada en los últimos años ha hecho renacer la ultraderecha, ubicada tanto en el partido de Estado como en los otros, y el tema hace peligrar las adelantadas campañas para 2024.
O se trata de algo más serio y no nos informan. ¿Están amenazadas realmente? ¿De muerte? ¿O qué? El caso es que está detenida la reforma constitucional del sistema nacional de cuidados. ¿Por la austeridad? ¿O no se quiere molestar a los empleadores con la igualdad salarial de mujeres y hombres?
No se entiende la acción en el caso del aborto. Mujeres -como Malú Micher- que durante años encabezaron y presionaron a los gobiernos priistas con la agenda de las mujeres, ahora están en retirada. También las demás feministas que tampoco piden cuentas al recorte presupuestario y se callan frente a cánceres femeninos, la desaparición de las estancias infantiles, las escuelas de tiempo completo…
Estas feministas políticas tampoco son capaces de avanzar en la reforma que haría posible la interrupción legal del embarazo en todo el país. Sería bueno que nos rindieran cuentas. Pienso que las jóvenes que se movilizan en todo el país, con pañuelo verde al cuello, deberían un día de estos, antes de que termine la legislatura, tomar el Congreso, como toman las calles, para cimbrar a las legisladoras y decirles que sean congruentes. Veremos…
*Periodista, directora del portal informativo SemMéxico