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Rosa Elena S. Barrios
Ciudad de México, 17 de julio (entresemana.mx). Termina un ciclo escolar bastante caótico y difícil para nuestros niños. Medio año todavía lo cursaron con clases en línea y el resto pudieron regresar a las aulas, pero con el reto de incorporarse con nuevas circunstancias. Un ciclo que sin duda les deja marcas por el aislamiento, la falta de convivencia con sus pares y la dificultad para aprender con un sistema que tuvo que adaptarse a las circunstancias.
Sin duda veremos calificaciones que reflejan el atraso que se dio por culpa de la pandemia. Nuestros niños necesitarán redoblar el paso para retomar el ritmo, la productividad y las capacidades que tenían antes de la pandemia.
Pero eso no es lo más importante. Muchos infantes sufrieron depresión o vieron mermada su salud ante el temor o el alcance del Covid-19. Es un sector que merece toda nuestra atención, comprensión y ayuda.
Hasta el momento el gobierno se ha visto lento. Ha permitido que el alumnado regrese a las escuelas públicas con visos de abandono, deterioradas y con gran falta de mantenimiento. Tampoco escucho que ya estén en las oficinas de la SEP trabajando planes de trabajo para ayudar a eliminar la angustia, la ansiedad o la depresión que su población, tanto alumnos como maestros y personal administrativo, puedan estar padeciendo como resultado de pandemia.
Veo a las autoridades de la secretaria de Educación ausentes en la reactivación de actividades presenciales. Además, muy descuidadas en la ejecución asertiva de los recursos que le fueron designados para este año.
Ejemplo de lo anterior es el análisis que presentó la organización Mexicanos Primero, que evidencia que al menos el 60 por ciento del presupuesto aprobado para este año, algo así como 716 millones de pesos, dejó de utilizarse para atender a los más de 170 mil estudiantes con alguna situación de discapacidad.
Afortunadamente, el Poder Judicial de la Federación ordeno a la SEP que se abstenga de eliminar los grados escolares de educación básica como lo planteo a principios de año, porque si de por si no ha podido poner orden en las necesidades inmediatas en los centros escolares, no quiero pensar en el descontrol, retroceso y estancamiento que generaría su propuesta.
De por sí, ya es cuestionada su decisión de que no se reprobara a ningún estudiante. Como mamá entiendo las dificultades creadas por la pandemia, pero con el acompañamiento de los padres no veo porque los niños no puedan cumplir con los objetivos básicos del programa de estudios. Yo preferiría que mi hijo repitiera el año si fuera necesario, para que aprendiera las competencias del año que cursa con el mejor desempeño, no lo vería con un retraso, sino como una oportunidad.
Pero bueno, este año ya todos los niños pasaron al siguiente ciclo escolar, el cual seguramente ya se tomará de manera presencial del inicio al final, eso esperamos. Pero el reto es para todos, para las autoridades, los maestros y los padres, asegurar el interés superior de la niñez, por arriba de los partidistas e ideológicos que hasta ahora han mostrado quienes dirigen la educación pública.
ESTATEQUIETO. Es increíble la violencia y odio que seguidores de Morena han mostrado en redes sociales en contra de diputadas federales del PRI. No hay ofensa pequeña, las autoridades están obligadas a dar resultados y castigar las conductas machistas y reaccionarias que vulneran la dignidad de cualquier mujer. Es necesario que alguien le explique a quienes ostentan el poder, y se aprovechan de ello para calumniar y maltratar, lo que significa sororidad, respeto y educación.
