MARTÍN DE J. TAKAGUI. Pareciera que se trata de una simple posición de justicia para las mujeres, pero en el fondo hay una confrontación que podría acrecentar la brecha que se ha abierto entre los presidentes Andrés López Obrador y Norma Piña.
Se trata de los titulares del Poder Ejecutivo Federal y la Presidenta del Poder Judicial de la Federación, que desde su llegada hace apenas unas semanas, el Presidente de la República la ha atacado, luego de la frustrada llegada de su candidata para presidir el Tribunal Constitucional.
A lo largo de su administración, el presidente López Obrador ha demostrado, ha discriminado y acusado de conservadoras a los grupos de feministas y mujeres en general que exigen justicia y el fin de la violencia contra las mujeres.
López Obrador ha señalado que las protestas de mujeres son una estrategia de la derecha en contra de su administración, que se trata de una estrategia de ataques en su contra
Pero no ha querido reconocer que diariamente en nuestro país mueren decenas de mujeres a consecuencia de la creciente violencia generada por la estrategia de seguridad conocida como «abrazos y no balazos».
Las mujeres mexicanas se han sentido desprotegidas, discriminadas, olvidadas y maltratadas por el gobierno de López Obrador.
Esta discriminación y ataques contra las mujeres ha llegado hasta la presidencia de la Suprema Corte, al grado que el presidente llegó a decir en esta misma semana que «desde la llegada de Norma Piña a presidencia de la Suprema Corte, de han incrementado las sentencias que benefician a los delincuentes.
La respuesta muy sutil de la titular del Poder Judicial fue muy firme y dirigida a las mujeres, señalando que los juzgadores buscarán que haya justicia frente a la violencia contra las mujeres.
«Habremos de iniciar una escucha permanente de las mujeres para que haya justicia», dijo la ministra presidenta de la Suprema Corte, adoptando una política totalmente contraria a la posición del Presidente de Palacio Nacional.
No podemos descartar que esta confrontación tome niveles preocupantes. Nunca, en la historia reciente de la política mexicana hemos visto la confrontación tan directa entre el Poder Judicial y el pOder Ejecutivo.
Diría la ministra Norma Piña que «el presidente ataca y daña la imagen, no se una persona ni de una ministra, sino del Poder Judicial, en su conjunto», pero la verdad es que la juzgadora no está manca.
Ella sabe perfectamente que las mujeres son la mitad de la población mexicana y ha adoptado una causa que nadie podría estar en contra.
El discurso de ayer, significa la primera respuesta política de la ministra presidenta a las acusaciones directas de López Obrador, hay que ver cómo lo interpreta el señor del Palacio, seguro que habrá respuestas y veamos el desenlace.
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