LIBROS DE AYER Y HOY/ James Bond. La derecha y su lenguaje encubierto

TERESA GIL. James Bond cambiará de lenguaje para adaptarse a los tiempos. El cambio de los lenguajes en documentos, personas  y grupos sociales y políticos, carecen de un  valor moral auténtico, si no hay un cambio real en su esencia. Hablar de democracia, por ejemplo, como se repitió tanto el domingo 26 de febrero rumbo y en el Zócalo, carece de ese valor, porque no se expuso ni se vio una autocrítica profunda, en partido y sectores que a nivel mundial por decirlo, fueron expuestos y han sido exhibidos como los que apoyaron a uno de los mafiosos más mencionados de los tiempos recientes. Y en lugar de eso se reunieron para  gritar y criticar y  desgañitarse en contra del que preside el país. Los convocantes sobre todo el PAN, debieron haber expuesto ante el público numeroso que concitaron, una actitud de humildad, de petición de perdón y disculpa. No, se alzaron señaladores olvidando que  quienes rompieron la estructura  democrática que deberían salvaguardar y la contaminaron, fueron ellos. Algo parecido está pasando con el escritor fallecido Ian Fleming, cuyos herederos pretenden usar un lenguaje menos destructivo del que se ha usado en 70 años, sin reconocer el daño que se hizo a sectores, mujeres y países, porque “eran otros tiempos”. Esta es una frase parecida a la que dijo el cantante Plácido Domingo ante la avalancha de denuncias por acoso sexual. “Eran hechos comunes”, dijo.

CAMBIAN FRASES EN OBRAS DE FLEMING PARA TAPAR VIEJOS INSULTOS

Las novelas del inglés creador  de James Bond, serán sujetas a cambios según Ian Fleming Publications, para adaptarlas al lenguaje de los tiempos que vivimos. Pero por los cambios que proponen, parece de entrada que ese tipo de tiempos no han calado mucho en la editorial después de leer los cambios que proponen. Según ellos, van a suavizar el lenguaje, van a cambiar términos ofensivos y se van a acercar más a las razas que han sido expuestas por el detective machista que encabeza las obras y películas. En el fondo como sucede con los de la marcha que en realidad buscan el regreso al pasado,  los herederos de Fleming pueden tener un interés económico para salvaguardar una serie que ha durado  tanto y puede entrar en bancarrota. Y acercarse a sectores como los negros, los chinos, los coreanos, et al, que ven sus filmes y leen las obras. Uno de los cambios que proponen es ridículo,  en lugar de decir negro, solo pondrán  una letra N, como ya lo están haciendo en Inglaterra. Se aclara que no se cambiarán todas las denominaciones raciales, y nos imaginamos que como ingleses cercanos al otro imperio el del norte, dejarán abierta una especie para echarse encima como los marchistas lo hicieron con AMLO, contra Putin. Alguien debe ser el malo.

INSULTANTE LO QUE DEJAN EN LAS NOVELAS DE IAN CONTRA LAS MUJERES

Registradas las obras de un autor,  no se pueden cambiar al gusto de los negociantes de la editorial inglesa. El nuevo registro será en todo caso de obras diferentes y desde luego de  autores diferentes que serán ellos y  que si bien no sera plagio porque el autor autorizó cambios, esas serán otras obras y otros autores. Como vimos en las propuestas publicadas en medios, como machos borran lo de las razas que aportan, pero en lo que se refiere a los insultos a mujeres, las palabras de James en sus filmes seguirán siendo las mismas. Estas son algunas que seguirán: “dulce olor a violación”, “mujeres tontas”, que ni pueden competir con los hombres, y la referencia lógica en ese tipo de obras y filmes en contra de los homosexuales a los que califican, según agencias como Europa Press que ha publicado la frase, “de discapacidad obstinada” . Frases sucias y denigrantes que seguirán en las obras y en los filmes.

KENNEDY PROMOVIÓ AL ANTICOMUNISTA FLEMING, CONTRA LOS CUBANOS

Autores cubanos, entre ellos Luis Rogelio Nogueras, señalaron en su momento que en el enfrentamiento que tenía John F. Kennedy contra los comunistas cubanos, buscó todo tipo de formas de denigrarlos. Y una de ellas la encontró en  las obras de Ian Fleming,  autor anticomunista inglés. Kennedy se declaró públicamente fan de Fleming y llamó a  la gente y a sus amigos, a comprar sus obras. Hubo gran despliegue de ediciones. Pero a la par en ese  tiempo florecían las obras de la  novela negra y nombres clásicos como Hammet, Chandler,   Caín y demás, desplazaban las mediocres obras del inglés, que en realidad no tienen una gran contextura literaria, pero eso si, una exhibición del capitalismo rampante

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