Encuestas señalan ascenso del presidente en la consulta, y sube el temor de opositores por presunta reelección
TERESA GIL. Son pocas las encuestas que ha producido la Consulta de Revocación, pero las últimas van subiendo las preferencias de AMLO, en un proceso que un sector de la oposición ha desechado. El diario El Financiero publicó el 5 de abril, que en su última encuesta, las preferencias al presidente habían subido de 54 a 57. El diario El País hizo otra en los días del 8 y al 12 de marzo pasado y las preferencias eran del 74 por ciento. Las encuestas de palabra dan el triunfo por seguro. Otras que andan por ahí, ratifican el resultado. Las manifestaciones del domingo 3 de abril que usaron la frase, Terminas y te vas, fue calificada de entrada, como un contrasentido. La propia oposición está ratificando el deseo expresado varias veces por el actual presidente, de terminar su mandato y retirarse a su finca. Otros adversarios siguen insistiendo a participar con el ánimo quizá de dejar sembrada su postura en contra del régimen y su anunciado triunfo. Pero en el caso de los primeros, la insistencia de que se vaya, encubre otra idea diversa.
LA TRAMPA DE LA LEY, Y LAS DEL INE, LAS LIBRARÁ EL VOTANTE
La norma que se ocupa de esta consulta, tuvo a un extraño duende desde que se configuró. La dicotomía de esta consulta y que debería estar en el enunciado con las palabras ratificación o renovación, no se utilizó, y plantearía si las cosas estuvieran diferentes, una revocación sumaria. Quienes redactaron la ley no sabemos si por lo novedoso o se coló la mala fe, no tomaron en cuenta lo anterior. Indirectamente, con la intervención del legislativo, se hubiera utilizado algo como lo de Brasil, para correr a una presidenta, Dilma Roussef, que ganó por el voto popular. Utilizar directamente al legislativo para correrla. De paso se expresaba ahí mucho misogismo y tenían incorporados a jueces corruptos, uno de los cuales, el presidente de la asamblea, está indiciado. Lorenzo Córdova se dio cuenta de eso e hizo todo tipo de triquiñuelas apoyado por un consejo servicial, pero descubrió que en México no puede ocurrir lo de Brasil, porque está de por medio una votación popular y los votos que obtuvo AMLO serán determinantes y aunque sea en menor medida, un alto porcentaje de esos votos estará presente el 10 de abril. El INE empezó entonces, otro tipo de estrategia, tratar de dislocar y disminuir el voto a partir de obstáculos para no darle al presidente una apoteosis. Los marchantes del pasado 3 de abril le dieron en la frente: ellos mismos quieren que AMLO termine su mandato y se vaya. Lo que él ha repetido.
NO LES PREOCUPA RATIFICACIÓN EN CONSULTA, SINO REELECCIÓN FUTURA
Los grupos que gritaban Terminas y te vas, copia de la descortés frase de Vicente Fox a Fidel Castro, saben que si la ratificación del presidente es masiva en la consulta, podría surgir de la población y del mismo funcionario, el deseo de cambiar la Constitución y buscar la reelección. Vanas ideas en un pueblo que tiene un pasado de larga dictadura y de un gobernante que ha demostrado a lo largo de décadas que puede cumplir su palabra. Estaría además la dificultad de una reforma constitucional que precisa cierto porcentaje. No han sido pocos los que han caído en esa intención. Al propio Álvaro Obregón le costó la vida en 1928. Otros trascendieron en reelección a través de sus segundos, como Plutarco Elías Calles y los presidentes que puso Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez. Se recuerda la famosa frase: “Aquí vive el presidente, el que manda vive en frente”. Las intenciones han sido muchas, de Miguel Alemán, de Luis Echeverría, de Carlos Salinas de Gortari y los que tienen quien les zumben los oídos con esa posibilidad. Dos mujeres han sido utilizadas como presuntas juanitas presidenciales, Martha Sahagún, cuyos manejos denunció públicamente en una carta el actual gobernador de Sonora, Alfonso Durazo cuando era secretario particular de Vicente Fox. Y lo último, la faramalla de Felipe Calderón para imponer a su esposa Márgara Zavala en Los Pinos y regresar al poder felizmente. A los que no quieren que AMLO caiga en esa tentación, de seguro si estarían contentos con que algunos de sus derechosos si se hubieran reelecto o que alguno lo haga en el futuro. No es cuestión de principios, sino de ideologías. En el libro La reelección en México. El nuevo reto democrático ( Tirant lo Blanch 2021), de Jorge Sánchez Mares, se mueve en una bruma en torno al tema, más cuando lo comenta Lorenzo Ćórdova desde la perspectiva de sus posiciones.