Es tiempo de decidir entre la estrategia o continuar con la ocurrencia para todas y todos aquellos que ya piensan en el Estado de México
JAVIER ESQUIVEL DÍAZ. Vivimos la época de mayor auge de generación y proliferación de opiniones sobre la política y elecciones en redes sociales. Este flujo digital desplaza el consumo y viralización de los datos duros, los análisis y las evaluaciones de las políticas públicas que hacen los medios de comunicación.
Un gran porcentaje de la población interesada en los asuntos públicos se informa, moldea su opinión y busca incidir en sus círculos más cercanos conforme lo que percibe y consume en redes sociales ya sea con información real o ficticia.
A pesar de que los ciudadanos y los electores se han vuelto desconfiados e incluso más desafectos a la información de los partidos políticos, hoy consumen sin límite los contenidos de ataque y contrataque que generan oficialistas y opositores.
Este grupo poblacional difícilmente fijará su concentración en las evaluaciones de la realidad económica y social que hacen los líderes de los partidos políticos en México o de la comunicación oficiosa que generan y difunden los gobiernos estatales y municipales.
La comunicación de la política transita en esta época de masas donde la construcción de imágenes y administración de percepciones llegó para quedarse entre nosotros.
No entender que para sobrevivir y capitalizar estas circunstancias se requiere trabajar con una estrategia y un equipo profesional es jugar a perder en los próximos meses.
La mayoría de las y los políticos profesionales que han leído el momento y entienden la importancia de comunicar con efectividad buscan acertadamente el equilibrio entre tácticas de tierra y la difusión digital.
Muchos de ellas y ellos con aguda destreza saben que la política es el arte de sumar y no de restar. No obstante, no todas las personas dedicadas a la política son tan disciplinadas como para motivar y dar soporte a sus aspiraciones con base a una estrategia de comunicación que contenga mediciones, hoja de ruta, alternativas, tácticas mediáticas, de redes sociales, de construcción de discursos y mensajes emocionales.
Hoy la indisciplina las y los empuja a solo contar con lo que para ellas es necesario: Una foto de perfil, un par de bailes para sus redes digitales y una amplia cantidad de ocurrencias e improvisaciones.
El resultado de esta carencia estratégica implica que las y los políticos profesionales sigan dominando con su interminable permanencia los cargos de elección popular. Prueba de ello son las nominaciones a las candidaturas a las gubernaturas que en breve tendrán cabida en el proceso electoral.
Estamos a unos días de arrancar procesos electorales de este 2022 donde la percepción es la nueva realidad.
Es tiempo de decidir entre la estrategia o continuar con la ocurrencia para todas y todos aquellos que ya piensan en el Estado de México.