La Luna de Valencia| ¡Tras las Navidades…Uf!!!

TERESA MOLLÁ CASTELLS (SemMéxico, Ontinyent, Valencia, España). Después de algo más de un mes de silencio (y descanso) vuelvo a escribir para dar salida a mis pensamientos y reflexiones particulares.

Ha sido un mes agitado informativamente hablando por lo que respecta a los derechos de las mujeres. Pero vamos por partes y no necesariamente por orden cronológico.

La red social del pajarito azul cerró o bloqueó la cuenta de una feminista española valiente, joven formada y con criterio propio. Ella se llama Paula Fraga y es muy clara con respecto a los principales temas de la agenda feminista como los vientres de alquiler, la abolición de la prostitución y la pornografía, o las (nefastas) consecuencias que, para los derechos de las mujeres, tendría la aprobación de la llamada Ley Trans y que el Ministerio de Igualdad tiene previsto aprobar, junto con el resto del Gobierno y el voto favorable de los partidos que dan su apoyo al gobierno, en el presente año.

Dicha red del pajarito azul, una empresa privada, no está de más recordarlo, ha pisoteado los derechos constitucionales de una ciudadana del Estado Español, sin que nadie, más allá de las feministas radicales, hayamos alzado la voz para darle soporte.

Paula, jurista de formación, sabrá qué tiene que hacer en ese sentido, pero la hemos intentado arropar, aunque haya sido simbólicamente y en esa misma red. Desde estas líneas quiero hacerle llegar mi solidaridad, al igual que la de muchas compañeras feministas.

Otra sorpresa que también ha llegado con el año nuevo ha sido el registro de un nuevo partido político, “Feministas al Congreso” que, como no podía ser de otro modo, ha levantado ampollas. Y las ha levantado, curiosamente entre algunos partidos de izquierdas mixtos y no tan mixtos.

Las reacciones no se han hecho esperar y, curiosamente, ninguna positiva viene de esas formaciones políticas. Las reacciones de “vais a fragmentar más de lo que ya lo está el bloque político de la izquierda”, dicho por sesudos y progresistas “compañeros” de esas izquierdas para las que existe una clara disociación entre los derechos del conjunto de la ciudadanía y los derechos de las mujeres, en detrimento claro de estos últimos, han sido inmediatas.

Pero lo más curioso si cabe han sido otras reacciones que, creyéndose hegemónicas de la representación política del feminismo, han llegado a sacar un manifiesto recordando su existencia y sus análisis marxista de la realidad.

Vistas estas reacciones, alguna cosa bien se debe de estar gestando por el nuevo partido político, a cuyas dirigentes también se las acusa de connivencia con la ultraderecha, por expresar su oposición a la gestión del Ministerio de Igualdad. O sea que la pseudo izquierda que está al frente del actual Ministerio, practica aquello tan viejo del “estás conmigo o contra mí”. O, dicho de otro modo, pensamientos únicos e imposición de realidades sin tener en cuenta opiniones de personas que han estudiado y trabajado con ahínco las repercusiones que, para los derechos de las mujeres pueden tener la aprobación de las leyes que pretende el Ministerio.

Como vemos, se nos está quedando un panorama muy neoliberal posmoderno guay con las decisiones del Ministerio y, por extensión del Gobierno, muy poco halagüeño para los derechos de las mujeres. Pero eso sí, cuando discrepamos, aparece la caverna misógina de derechas y pseudoizquierdas para tacharnos de malas, brujas, ultraderechistas, y no sé cuántas cosas más, para acabar cerrando cuentas en redes sociales de quien no comulga con “sus” ruedas de molino. Todo muy democrático, como podemos observar…

Y, ya por último (para hoy) una información que leí a finales de semana y que venía a decir que, en Israel, a partir del próximo día once de enero, las personas transexuales tendrán garantizado “su derecho” a ser padres a través de los vientres de alquiler. Vientres de mujeres, por supuesto. Mujeres explotadas reproductivamente para saciar deseos convertidos en derechos, precisamente en base a esa explotación reproductiva y en la compraventa de criaturas. Si la gran Mafalda fuera real gritaría con su propia voz aquello de “que se pare el mundo que yo me bajo”.

Legalizar que los deseos se conviertan en derechos sobre la base de la explotación reproductiva de mujeres y, sobre los derechos de las criaturas que han sido compradas, legalizado en un país en donde, además los cuerpos de sus propias mujeres son utilizados para reproducirse más y con mayor rapidez para, de ese modo poder seguir colonizando tierras que no les pertenecen. De ese modo justifican la usurpación de esas tierras al pueblo palestino con una alta densidad demográfica también.

Y, como vemos las mujeres de ambos pueblos, el de Israel y el de Palestina, utilizadas para los intereses políticos de sus dirigentes. Pues eso…

Como vemos en apenas un mes han asado cosas y casi ninguna buena para los intereses y los derechos de las mujeres. Hay más noticias, pero para comenzar la temporada creo que ya está bien. Incluso para mí que las estoy escribiendo.

Podemos y debemos descansar, pero no podemos perder de vista que a la que nos descuidemos, los poderes, que siempre son patriarcalmente misóginos, van a anteponer sus deseos e incluso sus derechos, por encima de los nuestros. E incluso en algunos casos, esos derechos en base a deseos van a conseguirse, a costa de los nuestros, los de las mujeres.

Aumentar los derechos de la ciudadanía, siempre. Pero que nunca sea a costa de los ya conseguidos por quienes somos más de la mitad de la población. ¿Lo vamos a permitir? Creo que no debemos hacerlo.

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