Gutiérrez Müller, su influencia * Mexicanos buenos y malos * Imperante el maniqueísmo
FRANCISCO RODRÍGUEZ. Aunque no se considera a sí misma primera dama de México, doña Beatriz Gutiérrez Müller despliega un activismo político inusual en quienes han sido presentadas como esposas de los sucesivos presidentes de la República.
Especializada en Historia, sus intervenciones directas y a través de interpósitas personas en la redacción de los libros de texto para la enseñanza y formación de niños en primaria está fuera de toda discusión.
Aquí hemos platicado usted y yo de que cómo ha actuado como musa y quizá hasta redactora de cuando menos dos intervenciones del señor López Obrador en foros internacionales.
El primero de ellos, ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El segundo, en la visita que el “caudillo” hiciera a la Casa Blanca ante su anfitrión Joseph Biden con motivo de la reunión de socios del T-MEC.
En ambas, por influencia de su cónyuge, el tabasqueño centró la mayor parte de sus alocuciones en datos históricos del tipo de los que cualquier chiquillo copia de las llamadas monografías que expenden en las papelerías, cuando sus mentores le encargan alguna tarea histórica.
Pero, además, en los textos llamados “gratuitos” –aunque por la maldita corrupción siempre nos han costado un ojo de la cara a los pagaimpuestos– en los que, se ha filtrado, se han proscrito palabras y conceptos considerados neoliberales. ¡Uy, qué horror!
¿No cree usted?
“Malos mexicanos”
Doña Beatriz se define a sí misma en alguna de sus redes sociales como “madre, hija, amiga, hermana, esposa. Tipo de sangre: 4T Positiva. Mexicana. Escritora. Pintora y corista aficionada.”
En algunas ha dejado de participar, a partir de críticas y hasta de ataques groseros.
Este sábado 19 de febrero, empero, “subió” a Instagram una imagen de elementos del Ejército Nacional con motivo del día que el calendario cívico les tiene dedicado.
“En la antigua Hacienda de Guadalupe, en Coahuila, hoy se ha conmemorado el CIX aniversario de la fundación del Ejército Mexicano.
“Dicha hacienda fue el punto de encuentro de quienes se sumaron a la defensa de la Constitución, luego del golpe de Estado encabezado por el general Victoriano Huerta y sus secuaces, para hacer renunciar a Francisco I. Madero, presidente elegido mediante el voto popular.
“Así, el 26 de marzo de 1913, ahí se firmó el Plan de Guadalupe cuyo fin fue restituir la legalidad institucional.”
Hasta ahí escribió la historiadora.
Para, inmediatamente después soltar rienda suelta a la Gutiérrez Müller activista política:
“Recuerda: la democracia somos todos y alcanzarla y afianzarla ha requerido una larga lucha iniciada por el ‘Apóstol de la democracia’ (Madero). A todos nos corresponde defender el ‘sufragio efectivo, no reelección’ y la soberanía nacional de sus detractores, malos mexicanos que por lo común ignoran las mejores causas históricas que hemos tenido que librar durante doscientos años de independencia.”
Y en esa segunda parte –donde reduce la democracia a un mero acto electoral y no, como debe ser, a una forma integral de vida– aparece la Gutiérrez Müller maniquea:
“Malos mexicanos”
¿Quiénes son “los buenos”, señora?
¿Sólo quienes están con su marido y con cualquier cosa que sea la 4T?
El maniqueísmo, la confrontación, la división de los mexicanos es la constante.
Hasta ahora es y ha sido la 4T.
¿No cree usted?
Indicios
Corren apuestas sobre si en las “mañaneras” de esta semana el señor López Obrador continuará su pleito callejero contra toooodos los periodistas, a partir de la cada vez más fallida “defensa” de la Casa Gris, que ha resultado ser el peor control de daños de toda la historia y del mundo mundial. Yo voy a favor de quienes dicen que sí, que la historia continuará por muchos días más. * * * Y al mismo tiempo el tratamiento y el planteamiento de soluciones a los reales y cada vez mayores problemas del país sigue en pendiente. A ver si para dentro de tres años volvemos a encarrilar al país por el camino de lo nacional y no de lo personal de un individuo o de su familia. * * * Le agradezco la lectura de este texto y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!