EXPEDIENTES SIN ARCHIVO/ Edén perdido, infierno viviente

ADOLFO RAMOS ESPINOSA

Hoy que el estado de Tabasco es dominado por la violencia y el crimen organizado, habría que preguntarse cuándo se perdió el Edén.

El estado vive días de terror.

Incertidumbre social, quema de vehículos, balaceras, intentos de motín en el penal, cierre de comercios, pánico colectivo y un pavor que se adueña de la población.

Cárteles que piden la destitución del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, general Víctor Hugo Chávez Martínez, porque presumiblemente es neutral en su combate a la delincuencia organizada.

El argumento, risible, por cierto, es que se trata de una disputa entre grupos criminales, pero que ya se está restableciendo la paz.

Oficialmente se reconoce la presencia, y desde luego la operatividad, de bandas delincuenciales.

Como para disminuir los efectos del desorden, el gobernador Javier May Rodríguez aseguró que su administración no tiene acuerdos con criminales y que los hechos violentos «no son por ausencia de la autoridad», sino «porque hay presencia, acción y resultados de la autoridad».

Pero la jornada de violencia en Tabasco no es una grata bienvenida para el gobernante que tiene poco tiempo en el cargo.

Con la quema de negocios y vehículos, se confirma el estremecimiento que enfrentan los pobladores de la entidad.

Ahí en donde Chico Ché y la familia López Obrador, uno expresidente de la República (Andrés Manuel) y el otro actual secretario de Gobierno (José Ramiro López Obrador) han pregonado que Tabasco es un Edén, resulta que ahora es un infierno.

Las balaceras, y las quemas de vehículos y establecimientos comerciales, aunados a que en los penales de Huimanguillo, Comalcalco y Villahermosa hubo intentos de motín, con saldo de dos personas muertas, no son muestra de serenidad ni de tranquilidad.

El nombre Edén procede del hebreo y significa ‘delicia’. La Biblia indica que el Edén es el jardín que cuidaban nuestros primeros padres.

El Edén (en hebreo עדן) es, según el relato bíblico del libro del Génesis, el lugar donde habría puesto Dios al hombre después de haberlo creado a partir del polvo de la tierra.

Polvareda y cenizas, sí que las hay.

Las fuerzas de seguridad, incluyendo elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, realizaron patrullajes por tierra y aire con el apoyo de helicópteros de la SSPC y la Sedena.

Los incidentes también fueron monitoreados desde el C4, mientras que el Instituto de Protección Civil del Estado atendió los siniestros derivados de los ataques.

Aunque como bien lo dice la comunicación gubernamental, todo ese aparato reaccionó pasados los hechos. No hubo detección previa ni acción durante los eventos ocurridos. Es decir, todo fue a toro pasado.

Y jocosamente el gobierno estatal ha exhortado a la ciudadanía a mantenerse informada por medios oficiales, evitar la difusión de rumores y a colaborar con las autoridades a través de la línea de denuncia anónima 089, la cual es gratuita y confidencial. La Mesa de Coordinación para la Construcción de Paz y Seguridad reiteró su compromiso de garantizar la tranquilidad en la región.

Los hechos ya sucedieron y no son reflejo de la tranquilidad ni de una paz que se evapora. Mucho menos de rumores.

La palabra Edén suele ser utilizada como sinónimo de Paraíso (por cierto, uno de los 17 municipios que componen la entidad tiene ese nombre), sin embargo la palabra Paraíso originalmente se refiere a un bello jardín extenso; mientras que Edén, es una palabra de origén akkadiano (un pueblo de raíz semita), cuyo significado se refiere a un lugar puro y natural.

Así, Edén se refiere más a una región geográfica, mientras que el Paraíso se refiere a un lugar más específico (un huerto o jardín situado en la parte oriental de dicha región).

Definiciones que en nada coinciden con lo que es hoy la tierra de las pihuas, los pochitoques y el pozol.

En el paraíso, donde Adán el bíblico (no Augusto, el senador) habría existido había un río (que no era el Grijalva) que se dividía en cuatro, llamados: río Pisón, que se dice, rodeó toda la tierra de Havila; el río Gihón, que habría rodeado toda la tierra de Cus; el río Hidekel (río Tigris); que iría al oriente de Asiria; y el río Éufrates.

Nadie sabe, pero sí las autoridades ignoran, cuándo Tabasco dejó de ser un Edén.

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