GERARDO CONDE. Aprobado el decreto del uso abierto de la propaganda gubernamental por el Congreso de la Unión, más la inauguración del aeropuerto Felipe Ángeles, le dan al inquilino de Palacio la arrogancia para liderar a su ejército para ocupar las calles y convocar al pueblo sabio a que participe en la consulta de revocación de mandato.
A partir del 22 de marzo hasta el 10 de abril, él y sus huestes, tendrán 20 días para ser dueños de la cancha y del balón, sin rival al frente.
Con esa ventaja al hombro y sin tapabocas, saldrán a la calle para berrear sin empacho la tonada que les enseñó su jefe en una de las mañaneras para que no se equivoquen y mantengan en todo momento la misma letra: somos orgullosamente de la 4t.
Y bajo esa consigna llenaran todos los espacios públicos por tener esa facultad de ocuparlos, inclusive, si lo consideran, también ocupar los ámbitos institucionales para mostrar su poderío: al INE y a sus opositores, de que son dueños de la pista llamada: México.
Sin ambages actuaran para animar al pueblo sabio a que se registren en sus listas para asegura un piso electoral que le dé el músculo de la legalidad al inquilino de Palacio, por sección electoral.
Al imponer las reglas del juego, por encima del INE, los organizadores determinan el contenido de las campañas de difusión de la consulta, así como de los instrumentos para asegurar sin ningún tipo de decoro la participación y el voto del pueblo sabio.
En esa ruta por ganar la calle. Tanto el inquilino de Palacio, hasta el operador más modesto de los servidores de la nación, mostrarán sus habilidades y sus encantos para garantizar la cifra fijada en el tablero de la 4t.
Lograr tal hazaña, será motivo de una medalla y de un reconocimiento público por parte de su jefe y de su partido.
No lograrlo, será motivo de un juicio sumario, que pondrá en riesgo su presente político, o en su caso, su chamba.
La zanahoria de la “esperanza” o la espada de “Damocles” actuarán como motivadores en el trabajo de proselitismo que llevarán a cabo los promotores de cuello blanco, hasta los promotores de a pie, a lo largo de este proceso de consulta.
Pero, en ese andar por sumar adeptos a favor de su jefe, se observan distintos niveles entre el ejército de promotores, ya que algunos –léase gobernadores, legisladores y burocracia de primer nivel – se distinguirán por traer vehículos y asistentes; otros, con un sombrero que los proteja de las inclemencias del tiempo y a lo mucho con un cilindro de agua, en su tránsito diario.
Pero, a pesar de las diferencias logísticas que presentan las huestes de la 4t, en su quehacer cotidiano, los uniforma un engargolado bajo el brazo como factor de consulta, qué dada la legalidad en que se mueven se pensara que cargan con la Constitución Política y las leyes que de ella emanen, pero, para los curiosos, lo que portan es: el padrón de beneficiarios, a fin de identificar a las personas que deberán votar el 10 de abril a favor del inquilino de Palacio.
Pero, en este guion de consulta democrática que ha impulsado el jefe de la 4t, nadie se salva, es decir, para los beneficiarios, votar el día de la consulta, les significara, seguir siendo acreedores de los programas sociales de la 4t, no hacerlo, les representara caer en manos de la burocracia resentida por su desdén a la convocatoria por no apoyar al inquilino de Palacio.
Pero, el 10 de abril, en vez de aparecer el espíritu juarista como manto protector de la 4t que le dé los dividendos electorales del interés del inquilino de Palacio; se le puede atravesar el alma en pena de Emiliano Zapata y lo ponga contra la pared, por no compartir los ideales de la 4t: No robar. No mentir y No Traicionar.
Ya se verá.
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