ENTRE LA VERDAD Y LA FICCIÓN/ Una extraña percepción entre los partidos políticos

“Tu desconfianza me inquieta y tu silencio me ofende.”  -Miguel de Unamuno-

JORGE LUIS FALCÓN ARÉVALO (Guerrero)*. Instituciones que presentan los niveles más bajos de confianza comparable con otras como las Fuerzas Armadas, los Congresos, e incluso las Policías y sus diversas corporaciones. La confianza o suspicacia de los ciudadanos está asociada al desempeño de las instituciones empleando para ello, estudios de opinión.

Una seguridad y confidencia baja en las instituciones políticas cuestiona, sin duda, la base de legitimación y las perspectivas del régimen democrático. La democratización del país ha costa económicamente demasiado, precisamente por esa ausencia de credibilidad en las acciones y comportamiento de los políticos.

Se ha caído en una dinámica de abuso de poder, omisión de métodos democráticos al interior del partido, y desatención de las necesidades ciudadanas para sólo atender las de un grupo. Un punto elemental para el retiro de la sociedad en la credibilidad de sus “acciones”. Como, por ejemplo, se designa a los candidatos bajo criterios que son ajenos a los Intereses de los ciudadanos. Y aspirantes carentes de todo principio moral, ético y además educativo, no hablemos del académico. Pero si económico para cubrir las ambiciones de esos dirigentes de organismos políticos.

La corrupción, el abuso de decisión, determinación de aceptación, validaron lo violencia, aceptando todo tipo de fraude y chantaje, surgió precisamente de esos hombres y mujeres que dirigieron esos organismos donde se dirimen, ventilan y solucionan ideas y proyectos sociales. Hoy nadie les cree –porque además son los mismos que han dejado en la inopia esos partidos- legalizaron miedos a perder sus prerrogativas y franquicias; pero además abrieron puertas a personas de mala reputación. ¿Cómo ganarse la cordialidad o la familiaridad de compañero y simpatizante partidista? No están ya legitimados. Han perdido validez en su persona y sus formas de hacer grilla.

No olvidemos que la legitimidad es estable y la confianza varía más fácilmente de acuerdo con las políticas gubernamentales, la situación de la sociedad, el estado de la economía y el rendimiento de las principales instituciones políticas. Por ello se debe gestar una nueva clase política; porque la actual, ni tiene clase ni es política, son aventureros de patente corso y marchantes de un mejor salario. Una ambición en soledad o familiar. No hay confianza política.

Los políticos mienten, la sociedad les engaña más. Y en ese laberinto de mentiras, embustes, bagatelas, apariencias y farsas, no se puede construir una sociedad democrática. Por ello se ha formado y creado un político inescrupuloso, impúdico, cínico, desvergonzado y escabroso por demás libidinoso.

No olvidemos las características de servidores públicos en la 4T, según el Presidente López Obrador: 90% de honestidad y 10% de inteligencia.

Los antes y después de los políticos en éste México del siglo XXI, no son eficaces ni en sus funciones, ni en su persona. Menos cuentan con una preparación académica que demuestre con hechos reales y concretos su ejercicio laboral; contrastan con sus arrugados, rimbombantes y costosos papeles universitarios.

Solo se observan administraciones mediocres y ladronas.

¿Dónde quieren la confianza?

www.guerrerogradocero.blogspot.mx

www.surianagradocero.blogspot.mx

www.gradoceroconsultora.blogspot.mx

Revista “Suriana” y tabloide “Así”

www.entresemana.mx

 

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