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RICARDO SANHER. Tal vez en una cosa no se equivocó el Presidente López Obrador y ésta fue en el sentido que ellos son diferentes y sí, efectivamente, son diferentes en lo que a política se refiere, pues en tiempos de elecciones y ante una oposición casi inexistente, se tendrán que enfrentar en las urnas, en el caso del Estado de México, Delfina Gómez Álvarez candidata ante Delfina Gómez Álvarez real, es decir la funcionaria de Morena ante el historial de malversaciones que ha tenido la maestra en sus diferentes cargos políticos en los que ha estado.
Según datos aportados por el Instituto Nacional Electoral, Delfina Gómez retuvo el 10 por ciento del salario de 550 trabajadores de Texcoco cuando fue presidenta municipal de este lugar (2013-2015), los cuales fueron desviados para apoyar al incipiente Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Posteriormente, cuando la maestra fue candidata a una diputación federal en el 2015, el Instituto Nacional Electoral multó a Morena con 4 millones 529 mil 225 pesos por ingresos no reportados.
En 2021-2022, Gómez Álvarez fue designada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador como titular de la Secretaría de Educación Pública, cargo en el que estuvo 14 meses y durante los cuales, al hacerse una supervisión de la contabilidad en su paso por esta secretaría, se encontró un faltante por 830 millones de pesos, de los cuales no se sabe su paradero aunque muchos sospechan a dónde fue a parar ese recurso financiero, y que seguramente fue el motivo del espaldarazo que recibió la flamante candidata a la gubernatura del Estado de México.
Según escribe Elena Chávez en su libro “El Rey del Ca$h”, la maestra Delfina Gómez Álvarez es una de las más fieles seguidoras del tabasqueño desde hace muchos años y es de las que más recursos en efectivo ha aportado al Movimiento de Regeneración Nacional, posiblemente esto le valió para ganarse el apoyo del inquilino de Palacio Nacional.
Todos en Morena le están apostando a que puedan aplicar la aplanadora en los comicios que se avecinan, y aún más a los del Estado de México, que por tradición es el laboratorio para medir el pulso de la elección presidencial y no están equivocados, pero lo que les puede explotar en las narices es el hecho que la corrupción, el flujo de efectivo y la desfachatez con la que actúan sus funcionarios en nombre del pueblo “bueno y sabio”, se les puede revertir porque los mexicanos a golpes han entendido que esta política de “transformación” no llevará a otro puerto que no sea una inflación excesiva como ya la está sintiendo la mayor parte de la población.
Citando al gran polígrafo español Jorge Santayana: “Quien no aprende de los errores del pasado, está condenado a repetirlos”. Esta sabia observación sí nos cae como anillo al dedo.