RICARDO SANHER. “El país está en llamas”, es la idea que permea en la mayoría de los diarios de circulación nacional y esto no está nada lejos de la realidad, ya que una vez más se demuestra que la estrategia instrumentada por el Presidente López Obrador para frenar los altísimos índices de delincuencia en el país no está dando los resultados que éste esperaba. Incluso por más actos de “magia” que el tabasqueño realice en su show mañanero para matizar los actos vandálicos ocurridos en varios estados del país, éste se parece más a Beto el Boticario que a David Copperfield.
Muchos analistas políticos contrarios a las ideas del oriundo de Macuspana, afirman que todo esto es una estrategia de Presidente para con seguir que los otros Poderes de la Unión le permitan no sólo usar a las Fuerzas Armadas como le plazca, sino que sus intenciones son más obtusas, que le permitan brincarse la Constitución cuantas veces lo necesite, pero siempre teniendo como pretexto que la violencia ya rebasó a las policías locales y estatales.
Con los acontecimientos ocurridos el martes pasado en Guanajuato (Silao, Irapuato, Salamanca, Celaya, León y Guanajuato capital) y en Jalisco (Ixtlahuacán del Río y Zapopán) se inició una ola de violencia que después alcanzó a otros estados más que fueron Chihuahua (Cd. Juárez) y Baja California (Tijuana, Mexicali y Ensenada), hechos ligados, el primero a una presunta detención de jefes de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación y en las otras dos entidades por un conflicto entre Los Chapos y Los Mexicles que se disputan la supremacía en el Cereso estatal 3 de Ciudad Juárez.
Además millones de mexicanos se preguntan ¿hasta dónde ha llegará el poder del crimen organizado que es capaz de imponer un toque de queda sin que las fuerzas del orden, ya sea civiles o militares, hagan algo para defender a la ciudadanía que queda indefensa ante la ferocidad de estas bandas delincuenciales. La lectura que un servidor le da a este hecho es que estamos a un paso que el crimen organizado se convierta en la policía del gobierno federal.
¿Para esto desmanteló el Presidente a la Policía Federal? ¿De verdad López Obrador está dispuesto a llevar al país al “despeñadero”, como hace algunos años acusó al ex Presidente priísta Enrique Peña Nieto?
Además, señor Presidente, en esta última ola de violencia el crimen organizado, al que usted califica de “seres humanos”, está yendo más allá, pues está matando a miembros de la sociedad civil y esa apuesta es demasiado arriesgada, porque como decimos los mexicanos: “no le rasque los huevos al león” porque si lo despierta esto puede derivar en una guerra civil en la cual nadie gana y sólo el país pierde… si es que se puede perder más de lo que en su gobierno se ha perdido.