El “Triángulo Adorado” de AMLO
RICARDO SANHER. Cuando suceden cosas como las que acontecieron en días pasados durante la gira del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, por el estado de Sinaloa, más específicamente por el llamado “Triángulo Dorado”, aunque no se quiera vuelan las ideas de todo tipo y las interrogantes se tornan más sospechosas, más si se tiene el antecedente del origen de Joaquín “Chapo” Guzmán Loera y de la captura y puesta en libertad de uno de sus hijos, Ovidio Guzmán, además del “casual” saludo a Consuelo Loera, madre del narcotraficante recluido en el ADX Supermax, prisión ubicada en Florence, Colorado, las sospechas ganan terreno.
La gente de aquella región sabe que hay lugares en los cuales no puede pasar ninguna autoridad, civil o militar, si no cuenta con algún conocido o una persona de cierto peso franquea el acceso, pero el que a un Presidente se le ocurra ir a esa zona es o que tiene mucho valor o existen algunos mecanismos internos que le garantizan su seguridad.
Pero además el hecho de encontrarse un retén con equipo táctico y armamento de alto calibre que detuvo la caravana de medios de información, no es un caso menor, más si se toma en cuenta que estos cuatro aspectos son transgresiones a la ley: la conformación de un grupo de “civiles” para la seguridad de la comunidad, además se coarta el libre tránsito, se usa equipo táctico exclusivo de las Fuerzas Armadas y portación de armamento exclusivo del Ejército. Entonces, señor Presidente, esto no es algo menor como usted lo quiere hacer ver.
También se dio el discurso de siempre para restarle importancia a la zona situada entre los estados de Chihuahua, Sinaloa y Durango como si el simple hecho de cambiarle de nombre sea suficiente para abatir la fama que ésta tiene de ser violenta e ideal para el tráfico de drogas, esto referente a la propuesta del Presidente de cambiarle el nombre de “Triángulo dorado” por “Triángulo de la gente buena y trabajadora de la buena vecindad”. Para la visión del tabasqueño le quedaría mejor, como lo dijo un gran amigo, “Triángulo Adorado”.
Pero también no se debe perder de vista que son tiempos electorales en Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Oaxaca y Tamaulipas y como nunca antes en este sexenio se ha visto la operatividad del narcotráfico en los comicios, que resulta por demás particular que el tabasqueño ande de gira por una zona muy conocida por ser la cuna del narco y lugar de origen de los traficantes más famosos.
Esperemos que no estemos ante el inicio de una escalada de elecciones “supervisadas” por el crimen organizado, porque de ser ciertas esta sospechas, se estaría a un paso de vivir y padecer un sistema de “narcoestado”, por el cual se tendría un atraso democrático de varias décadas y tomarían forma real los ataques y el afán de Morena de acabar con instituciones como el INE, INAI y todo aquello que tutela la democracia y transparencia en el país.