JUAN CHÁVEZ
Está claro que el cambio climático está presente en el orbe desde hace años y que en los meses de octubre pa’cá nos recetó un invierno con lluvias, aguanieves, nevadas, tormentas e inundaciones, y que echó andar la floración, en este enero, de las jacarandas que acostumbraban a florecer en primavera y otoño.
Que estén floreciendo las jacarandas 2 meses antes y que, para gozo de los ojos de la población estén pintando las calles de morado, es un extraño fenómeno que anuncia graves consecuencias al ecosistema.
Aunque para muchas personas, el ver un árbol de jacarandas durante el mes de enero produce alegría, esto podría ser algo grave, ya que puede ser un indicador de que las temperaturas están siendo excesivas.
De acuerdo con Marcelo Rodrigo Pace del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el hecho de que un árbol o una planta florezcan antes de tiempo puede traer grandes consecuencias al ecosistema.
Baste pensar que las abejas no vuelan en el invierno porque no hay flores a las que extraigan el polen que convertirán el miel en sus panales.
La cadena que depende de la floración se verá afectada.
El florecimiento de las jacarandas durante enero en la CDMX, también puede poner en riesgo a los árboles e incluso llegar a afectar las cadenas alimenticias de aves e insectos.
¿Cómo llegaron las jacarandas a México?
En 1892, un jardinero imperial en Tokio llamado Tatsugoro Matsumoto llegó a México con una ola de emigrantes japoneses. Al llegar quedó maravillado al percatarse que el país tenía un especial aprecio por las plantas.
En 1910, Porfirio Díaz le pidió que se hiciera cargo de los jardines presidenciales, así como el del Castillo de Chapultepec.
Tras la Revolución, Pascual Ortiz Rubio, quien en ese entonces era presidente, le pidió que sembrara cerezos en la CDMX, sin embargo, pronóstico que no sería posible debido al clima de la ciudad, por lo que buscó otro tipo de árboles para embellecer la capital del país.
Luego de buscar varias opciones que quedarán perfectos con el clima de México, llegó hasta el árbol de jacarandas, donde el gobierno de Álvaro Obregón dio luz verde al proyecto de plantar dichos árboles provenientes de Brasil y que cambiarán por completo el color de las principales avenidas y calles de la Ciudad de México.
Hoy con tan temprana floración de las jacarandas, en pleno invierno, ignoramos que acontecerá con ellas en la primavera. Habrá, quizá, otra sorpresa nacida del climático global.