EL OTRO DATO/ Se está cayendo el cielo

JUAN CHÁVEZ. Suele decir la gente, cuando las tormentas son continuas e inundan sus poblaciones, que “el cielo se está cayendo”.

Sequías, tormentas e inundaciones,  dominan la lista de desastres por el crecimiento climático y el alza en el nivel del agua de los océanos.

La mitad de los daños humanos y económicos causados por catástrofes en los últimos cincuenta años están relacionados con el agua y el clima. Solo los originados por el agua han causado cerca de 1,3 millones de personas fallecidas y representan el 50% de todas las catástrofes.

Mientras los seres humanos seguimos emitiendo gases de efecto invernadero a la atmósfera, los mares y océanos están sufriendo las consecuencias: en 2021 se estableció un nuevo récord de calentamiento oceánico.

El aumento del nivel del mar es uno de los efectos del cambio climático y el calentamiento global. De media, los niveles del mar han subido unos 23 centímetros desde 1880, y casi la mitad de esos centímetros han aumentado en los últimos 25 años. Cada año, el mar sube otros 3,4 milímetros. Un nuevo estudio publicado el 15 de febrero de 2022 muestra que el ritmo de subida de nivel del mar se está acelerando.

Más agua en los mares produce más huracanes con torrenciales y prolongadas lluvias que inundan las poblaciones y arrasan con todo a su paso.

Esto implica que en los próximos 30 años el nivel del mar subirá tanto como en el último siglo, según afirma la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional de Estados Unidos  en sus últimos datos técnicos, que actualiza las predicciones de 2017 con estimaciones más precisas.

Rick Spinrad, su administrador, calificó los descubrimientos de “históricos” y avisó que el aumento del nivel del mar ocurrirá pase lo que pase, incluso con un recorte drástico de las emisiones de carbono. En Estados Unidos, las poblaciones más vulnerables viven en las costas del este, donde se prevé que la frecuencia de inundaciones sea 10 veces mayor en 2050 que ahora.

Las altas temperaturas persistentes causadas por el cambio climático han llevado a que se derrita más hielo del habitual en verano, además de la disminución de nevadas por los inviernos tardíos y las primaveras tempranas. Este desequilibrio provoca un aumento en la escorrentía de agua que llega a los océanos, provocando el aumento del nivel del mar.

Cuando el nivel del mar sube a tanta velocidad como lo ha estado haciendo, incluso el aumento más pequeño puede tener terribles consecuencias para las personas que viven en la costa. A medida que el agua del mar va avanzando hacia el interior, puede provocar la erosión del suelo, la inundación de los humedales, la contaminación del suelo agrícola y de los acuíferos, y por tanto la pérdida del hábitat de peces, pájaros y plantas.

El aumento del nivel del mar coincide con unos tifones y huracanes más peligrosos, ya que se mueven más despacio y dejan más lluvias, contribuyendo a marejadas ciclónicas más poderosas que pueden arrasar con todo a su paso. Un estudio descubrió que, entre 1963 y 2012, casi la mitad de las muertes provocadas por los huracanes atlánticos las causaron las marejadas ciclónicas.

Mientras tanto, los científicos siguen perfeccionando sus modelos científicos para estudiar los cambios en el nivel del mar y señalan que veremos un impacto más o menos significativo en la rapidez de la subida del nivel del mar según en qué medida todos los países trabajen juntos para limitar la emisión de más gases de efecto invernadero.

Muchas personas piensan en el calentamiento global y el cambio climático como sinónimos, pero los científicos prefieren usar el término «cambio climático» cuando describen los complejos cambios que ya están afectando a los sistemas meteorológicos y climáticos de nuestro planeta.

Las sequías, las tormentas y las inundaciones, todos fenómenos relacionados con el agua, dominan la lista de catástrofes de los últimos 50 años, tanto en términos de pérdidas humanas como económicas, según un análisis exhaustivo de la Organización Meteorológica Mundial

Las inundaciones son un problema creciente a nivel mundial y no toman en cuenta los ciclos de las cuatro estaciones anuales. En México, en pleno otoño, las tormentas e inundaciones son cosa de todos los días.

En México, de acuerdo con el Centro de Estudios Demográficos Urbanos y Ambientales (2019), la recurrencia de las inundaciones, principalmente en las últimas décadas, involucra dos elementos fundamentales: las precipitaciones pluviales más intensas y una mayor vulnerabilidad.

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