JUAN CHÁVEZ
Las voces del exterior y de la prensa internacional, siguen golpeando a López Obrador.
Ahora, según reporte de la última semana de marzo, una madre “buscadora” acuso al mandatario ante el rey de España.
Obvio, el evento molestó mucho al presidente.
“Hubo una señora buscadora que fue premiada, porque van a acusarme allá con el rey de España. Con el único que no me van a acusar es con el papa Francisco, o a lo mejor van y no les hace caso porque es el dirigente político y religioso que más admiro, porque es consecuente” aseguró López Obrador.
El rey Felipe había entregado el IX Premio de Derechos Humanos, a María Guadalupe Aguilar, fundadora del Colectivo de Familiares por Nuestros Desaparecidos, y esto encabritó al presidente. Mejor dicho, le enfureció, ya que ni siquiera tuvo la cortesía de reconocer a “esa señora” una víctima más de los más de 100,000 desaparecidos del país, además de confundirla con Ceci Flores, otra madre buscadora que esa semana también le incomodó por su exigencia de que le diera una audiencia para entregarle la “pala de mando”.
Lo acusaron ante el rey, y eso lo molestó. No porque López Obrador le preocupara una violación a la soberanía nacional, sino el enojo es visto como “antipático” al monarca, ya que se reúne con “cualquiera “no queriendo reconocer la importancia que juega el rey Felipe en crear opinión pública en España y Europa.
Ofensivo también el comentario del inquilino de Palacio al asumir que, aunque estas buscadoras lo “acusaran” con el Sumo Pontífice, este no se reuniría con ellas porque no son consecuentes, no se lo merecen.
La falta de sensibilidad y de consideración del presidente hacia las madres buscadoras es incomprensible.
También es imposible entender el desprecio que ha demostrado no sólo hacia ellas, sino a los niños enfermos de cáncer, a las feministas, a los ambientalistas, a los defensores de derechos humanos y de los periodistas.
Y tristemente no les queda otra que buscar apoyo de organizaciones internacionales y de gobiernos extranjeros. Y esto le molesta muchísimo porque lo balconean ante el mundo. Y obviamente balconear al presidente podría salpicar a la candidata oficial Claudia Sheinbaum.
Pero en las últimas tres décadas, gobiernos extranjeros, organizaciones internacionales, medios de comunicación extranjeros y ONGs han jugado un papel importante, no sólo en México, sino en otros países, como mecanismo de presión para democratizar y cambiar políticas públicas de estos países.
De hecho, el mismo López Obrador amenazó a candidatos estadounidenses de balconearlos en la mañanera, si es que estos no apoyaban una reforma migratoria. Haría un llamado para que los 40 millones de connacionales no voten por ellos.
Pero la diferencia entre candidatos estadounidenses y candidatos mexicanos es que a los candidatos del norte no les preocupa lo que dice López Obrador, pero los candidatos mexicanos y el mismo presidente sí necesitan escuchar las voces del extranjero.
No escuchar las voces del extranjero puede conllevar consecuencias. Las desapariciones masivas en el país, violaciones de derechos humanos y cuestionamientos sobre actos de corrupción pueden convertirse en temas que afecten hasta acuerdos comerciales, no sólo con Estados Unidos y Canadá, sino también con la Unión Europea.
El hecho de que los reyes de Suecia no se subieran al Tren Maya durante su visita a México, fue un mensaje fuerte y contundente del futuro y viabilidad del tren desde la óptica de los europeos.
Por la forma en que, el gobierno de la cuatroté sigue tratando a los ambientalistas en general, podría eventualmente traducirse en un boicot internacional del tren y otros grandes proyectos de infraestructura.
Particularmente importante en este momento son las acusaciones de que no hay equidad en la contienda. Se estaría violando la legislación electoral usando recursos del gobierno o las acusaciones de injerencia del narcotráfico podrían afectar los resultados y las decisiones de las autoridades electorales.
Estos, obviamente, son temas que siguen de cerca el gobierno de Estados Unidos, de Canadá, Unión Europea.
Y aunque López Obrador fue bastante mezquino y se tardó en reconocer como presidente de los Estados Unidos a Joe Biden, ¿qué pasaría si estos gobiernos no reconocieran los resultados del 2 de junio? ¿Qué impacto tendría en la economía del país o la credibilidad de la siguiente mandataria?
Por estas razones es importante que escuche las voces que vienen del exterior.