EL OTRO DATO/ La marcha (AMLO) fui yo

JUAN CHÁVEZ. Al estilo del rey Luis XVI de Francia, López Obrador puede presumir “la marcha fui yo”.

Calculados en un millón 200 mil por Claudia Sheinbaum y por otros en millón y medio, la llamada marcha de los acarreados, convocado por el mismo Presidente desde su atril de Palacio Nacional, no opaco la que el domingo 13 de noviembre, llevó a cabo la ciudadanía en defensa del INE, de la libertad y la democracia.

Los acarreados del morenismo, originaron un caos en la ciudad este domingo por los miles de autobuses que procedentes de los estados se estacionaron en calles y avenidas aledañas a Paseo de la Reforma y el Zócalo.

Calles y avenidas de la ciudad fueron cerradas al tránsito vehicular de cientos de miles de ciudadanos a los que la manifestación les amargó su domingo.

Y si el costo de la “marcha del ego” se estima en más de mil 800 millones de pesos, la pérdida en tiempo y gasolina de la ciudadanía libre no atada  a la Morena de AMLO, significó también un menoscabo cuantioso, tan cuantioso como el infructuoso e inútil gasto   de la “marcha de la revancha”.

Cuando creíamos que no podía haber más polarización orquestada desde Palacio Nacional, don López Obrador convocó a la movilización para “ver si la gente está contenta con la transformación del país”, lo que demostró una vez más que la especialidad del cirquero mayor no es gobernar sino la politiquería.

La convocatoria fue la revancha presidencial a la gran respuesta ciudadana de hace dos semanas para defender nuestra democracia. Pero a diferencia de aquella, en la denominada marcha de los acarreados, tuvimos la oportunidad de ver de manera obscena el despilfarro de recursos públicos: servidores con chalecos del gobierno federal, propaganda, cientos de camiones, tortas y refrescos, toldos instalados desde un día antes, y el propio ejército amenizando el evento del capricho presidencial.

Qué grave situación vive nuestro país: minimizar el descontento social que implica modificar las leyes electorales para darle más poder al partido oficialista, y además hacerlo mediante una marcha pagada con el erario: esto es una provocación ¡tal y como sucede en las dictaduras!

En cinismo y descaro más irracional, López se envolvió en su autoritarismo:

“Estoy muy contento, feliz, sobre todo muy agradecido con la gente, con todos porque se volvió a dejar de manifiesto la bondad, la generosidad de nuestro pueblo, es una formula efectiva y no falla. Si se atiende al pueblo, la gente responde”, dijo este lunes en su conferencia de prensa.

Para recorrer los 4.5 kilómetros que separaban Paseo de la Reforma hasta el templete que se instaló en la plaza de la Constitución, a López Obrador le tomó más de cinco horas. Ya en el Zócalo emitió un discurso de 1:36 horas de duración que pocos, del más de millón de marchistas pagados, escucharon.

www.entresemana.mx

Check Also

EL OTRO DATO/ México tiene dos fiscales federales

JUAN CHÁVEZ Para lo que se ofrezca, que es mucho lo que se requiere en …