JUAN CHÁVEZ. Gas y petróleo ruso ya no serán comprados por Estados Unidos y la Unión Europea. Putin amenazó con dejar a Europa sin su gas, pero se le adelantaron el Presidente Biden y los países de la Unión que han empezado a examinar la entrada de Ucrania a su seno.
Los energéticos rusos, constituyen la segunda factura de la guerra. Estados Unidos y los países europeos padecerán por falta de tales combustibles fósiles. Biden negociará seguramente con Venezuela, el surtimiento de petróleo que requiere para no arriesgar la paralización de su enorme paraje industrial.
Pero Biden tiene razón: “No subsidiaremos la guerra de Rusia contra Ucrania”.
Sin las importaciones de gas y petróleo, Putin recibe un bombazo en su impenetrable Kremlin. La economía se erige como el arma más letal… sin necesidad de entrar a los carambazos del conflicto armado.
Los energéticos no serán aceptados en puertos estadounidenses, informó el mandatario de EU, que añadió que su gobierno hará lo posible para que el aumento en precios del gas no afecte a estadounidenses.
El mandatario señaló que el veto fue consultado con los aliados europeos, aunque, subrayó, muchos de ellos no se unirán a la prohibición contra los energéticos rusos.
Biden resaltó la resistencia contra las tropas rusas, al señalar que “Ucrania nunca será una victoria para Putin”.
Reino Unido se une a EU: prohibirá importaciones de petróleo ruso, pero lo hará en forma escalonada y hasta fines de año.
Gran Bretaña anunció este martes una prohibición a las importaciones de petróleo ruso. El secretario de Negocios, Kwasi Kwarteng, dijo que el petróleo y los productos derivados del petróleo de Rusia se eliminarán gradualmente a finales de año.
Las importaciones de petróleo ruso presentan el 8 por ciento de la demanda británica.
Al anunciar las restricciones, el presidente Joe Biden dijo que su gobierno estaba “apuntando a la arteria principal de la economía de Rusia” en respuesta a la invasión de Ucrania.
La Unión Europea se propone eliminar totalmente su dependencia de los combustibles rusos “mucho antes del 2030″ para asegurarse de que el bloque de 27 países no vuelva a enfrentar decisiones difíciles, con consecuencias potencialmente nefastas para sus economías, en el marco de crisis geopolíticas como la invasión rusa de Ucrania.