JUAN CHÁVEZ. Ahora, la controversia con Estados Unidos no es solo por la energía eléctrica; es también por la prohibición de exportaciones de maíz para piensos y consumo humano.
Se perturba más el comercio entre los dos países y se eleva al cielo el potencial incremento al costo de la vida.
En el cultivo y cosecha de la gramínea gringa intervienen miles de campesinos mexicanos, muchos de los cuales envían puntualmente sus remesas a sus familias. ¿Permitiremos que tal prohibición nos meta en otro proceso de consultas con la amenaza de llegar al panel?
México está jugando con el T-EMEC como si se tratara de un torneo de ping-pong. ¿No bastó con la eliminación futbolera del Mundial, acaso?
¿Está el país preparado para no contar con el maíz necesario para las tortillas que consumimos todos los mexicanos todos los días?
El programa para el campo Sembrando Vida, ¿ya nos liberó de la necesidad de comprarle maíz a EU?
El grano, es la gasolina que mueve a la población entera. Y México compra 16 millones de toneladas de maíz amarillo a EU que se utilizan para el ganado y vender la carne a precios internacionales.
No podemos renunciar a la dependencia. Habría más hambre y pobreza de la que hay y de nada importaría que desde el 1 de enero el salario mínimo, de 172 pesos al mes, se ubique en 202.
Más dinero en el bolsillo de los pobres, ¿para qué?
EU pide a México no frenar exportaciones de maíz para consumo humano.
La representante comercial de la Casa Blanca, Katherine Tai, hizo la reiteración de esta solicitud a Raquel Buenrostro, secretaria de Economía, en una reunión en Washington.
Pero la petición pareció dirigirse a oídos sordos.
La embajadora Tai volvió a subrayar la importancia de evitar cualquier interrupción en las exportaciones de maíz de Estados Unidos a México, tanto para piensos como para consumo humano, y la adhesión a un proceso de aprobación regulatoria basado en la ciencia y el riesgo para todos los productos de biotecnología agrícola en México.
El 31 de diciembre de 2020, México publicó un decreto en el Diario Oficial de la Federación en el que se pide la eliminación progresiva del uso del glifosato y el maíz transgénico para el consumo humano en México.
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el decreto tiene el potencial de perturbar sustancialmente el comercio, perjudicar a los agricultores de ambos lados de la frontera y aumentar significativamente los costos para los consumidores mexicanos.
“Debemos encontrar una manera de avanzar pronto y enfatizar en términos inequívocos que -en ausencia de una resolución aceptable del asunto- el gobierno de Estados Unidos se vería obligado a considerar todas las opciones, incluyendo la toma de medidas formales para hacer valer nuestros derechos legales bajo el T-MEC”, externó Tom Vilsack, secretario estadounidense de Agricultura, el lunes pasado.
La embajadora Tai también subrayó la urgencia de un progreso rápido y significativo en nuestras consultas en curso en el marco del T-MEC en relación con las medidas energéticas de México y la aplicación por parte de México de sus leyes medioambientales relacionadas con la pesca.
O sea: el gobierno de López se alinea con el T-MEC, o nos quedaremos sin luz y sin tortillas. Y luego, la supresión de la pesca mexicana en el mercado del vecino del norte.