JUAN CHÁVEZ
China no se anda por las ramas al estilo de Donald Trump.
Al gigante asiático no le preocupo mayormente la guerra arancelaria desatada por el magnate neoyorquino.
Respondió con altos aranceles a las exportaciones de Estados Unidos a China, mostró su ejército de robots para manifestarse lista para la eventual Tercera Guerra Mundial y desdeñó el canal de Panamá con rutas marítimas de hondo calado que ya cruzan el Pacífico rumbo a un puerto del Perú, donde atracará, en estos días, un buque con 400 contenedores.
Su plan marítimo-comercial incluye el mexicano puerto de Manzanillo, para volver a dar vida, de alguna forma, a la ancestral “nao de China”.
En silencio China actúa y tiene listas tres rutas marítimas para abrir en Latinoamérica un gran mercado de consumo de su alta producción, haciendo a un lado a los consumidores de Gringolandia que sufren directamente las locuaces ocurrencias del hombre que eligieron para ocupar la Casa Blanca.
Con una tecnología especial y con la inteligencia artificial de punta, China está lista para la eventual Tercera Guerra Mundial.
¿Empieza la Tercera Guerra Mundial? Advierten que China creó un ejército indestructible que es a prueba de todo, incluso armas biológicas
A diferencia de otras potencias que dependen de soldados humanos, China apuesta por tecnología que podría mantener su economía activa y darle ventaja estratégica en un conflicto global.
China y su estrategia de robotización: la nueva arma en tiempos de guerra.
En medio de crecientes tensiones geopolíticas, un nuevo actor aparece en el escenario de conflictos globales: el ejército de robots desarrollado por China.
A diferencia de las fuerzas militares tradicionales, esta estrategia militar no se basa en soldados humanos sino en un sistema de automatización industrial que podría mantener a la nación asiática operativa incluso durante un posible escenario de Tercera Guerra Mundial.
Mientras otras potencias invierten en armamento convencional, China apostó por una tecnología que podría resultar invulnerable a armas biológicas, cambiando para siempre las reglas del juego en materia de defensa nacional.
China invirtió cifras astronómicas en automatización industrial y robótica durante la última década, creando lo que los expertos califican como «fábricas inteligentes».
Estas instalaciones pueden operar con mínima intervención humana, utilizando sistemas avanzados de inteligencia artificial y robots industriales para mantener la producción.
Esta capacidad de mantener su economía operativa durante una guerra total podría otorgar una ventaja estratégica sin precedentes, permitiéndole abastecer tanto sus necesidades internas como continuar exportando a regiones menos afectadas.
Este es el secreto mejor guardado de China: podría darle ventaja en caso de un conflicto a gran escalada.
Los analistas internacionales identificaron diferentes elementos que podrían precipitar un conflicto global: desde la creciente competencia por recursos naturales hasta las tensiones geopolíticas entre superpotencias. A esto se suma la proliferación nuclear y el aumento de ciberataques con potencial para ser interpretados como actos de guerra.
En este contexto de inestabilidad, el ejército de robots chino representa una nueva dimensión en la preparación para conflictos.
Mientras las potencias occidentales siguen dependiendo de fuerzas humanas que podrían ser vulnerables a ataques biológicos, químicos o nucleares, China operó un sistema que podría continuar operando bajo cualquier circunstancia.