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JUAN CHÁVEZ. ¿Qué va a suceder tras la descalificación de AMLO a los eurodiputados que llamó “borregos” y “golpistas” que pidieron al gobierno de México proteger a periodistas y a activistas de derechos humanos?
Quizá nada, en el mejor de los casos. Pero pudiera ser, en primer lugar, un enfriamiento de las relaciones de México con la Unión Europea que agrupa 29 naciones del Viejo Continente.
Podría la UE adoptar medidas que le pegarían a la economía nacional, dado que el Parlamento Europeo es el aparato legislador y la Unión se ve obligada a acatar sus decisiones.
En su mañanera del viernes el Presidente añadió otro peyorativo a la declaración de los eurodiputados al considerarla “calumniosa”, cuando los hechos contra periodistas señalan lo contrario. En lo que va del año, 7 periodistas han sido asesinados.
Presumió además haber escrito el comunicado con su propia mano. No consultó a la Cancillería a la que, hablando en buen castellano, debió haber dejado la respuesta al Parlamento Europeo. El camino jurídico diplomático, sin embargo, correspondía al Senado y no al Presidente, que manda al diablo los caminos de la Ley y de la diplomacia.
Él, es el fregón y nadie más debe hacerlo. Su círculo de colaboradores y asesores, le valen una tiznada. Y si no los utiliza, debiera correrlos, lo que significaría un gran ahorro para los dineros del pueblo.
En su personal comunicado, hay que decirlo fuerte y de manera contundente, “se le fue al cuello” al Parlamento Europeo”.
En el colmo, recomendó a los europeos “leer bien” y al invocar el apotegma de Juárez, consideraría que “firmó” una declaración de “guerra”… por lo menos verbal.
El Parlamento europeo simplemente había pedido a las autoridades mexicanas, el mismo jueves, que garanticen la protección y la creación de un entorno seguro para periodistas y defensores de los derechos humanos.
En comunicado obradorista se lee: “Es lamentable que se sumen como borregos a la estrategia reaccionaria y golpista del grupo corrupto que se opone a la Cuarta Transformación.
“(En) México no se reprime a nadie, se respeta la libertad de expresión y el trabajo de los periodistas”.
“El Estado no viola los derechos humanos como sucedía en gobiernos anteriores, cuando ustedes, por cierto, guardaron silencio cómplice”.
“México es un país pacifista que ha optado por la no violencia y somos partidarios del diálogo, no de la guerra; no enviamos armas a ningún país bajo ninguna circunstancia, como ustedes lo están haciendo ahora”.
Total, una falta de respeto, dado que también escribió que los eurodipuados “Dejen atrás su manía injerencista disfrazada de buenas intenciones. Ustedes no son el gobierno mundial”.
