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ALETIA MOLINA. La realidad para miles de migrantes que cruzan la frontera a nuestro país, suele ser muy dolorosa. Así es la cotidianidad que los orilla, la desesperación que los lleva a un mundo desconocido, sin saber cómo llegarán ni a dónde, pero empeñan la vida en intentarlo, porque nada más tienen que perder…
De esa manera son algunas de las historias de las personas que murieron calcinadas en el incendio en el Centro del Instituto Nacional de Migración de Ciudad Juárez. Lo peor es que estas personas tenían familia, esposas, hijos, hermanos, padres, madres, amigos y ya no estarán más. Hemos sido testigos de una de las tragedias más crueles, y todo, porque estas vidas se perdieron por falta de capacidad de gestión, por desconocimiento de protocolos, por apatía, y por falta de un sentido básico de humanidad.
Peor aún, si es posible, estas 39 personas murieron en suelo mexicano, bajo el resguardo de instituciones que tenían que velar por su seguridad, protección y cuidado. Lo que presenciamos, es un gesto de inhumanidad, donde pudo haber habido quien auxiliara a otros y no lo hizo, ¿por qué? No se sabe, quizá fue el miedo, la indiferencia, la incapacidad y la irresponsabilidad que se conjugaron para propiciar uno de los peores escenarios que nos ha tocado presenciar en nuestro tiempo.
Nada justifica un evento así. No existe dimensión racional alguna que pueda justificar estos actos de indiferencia e inhumanidad ante otro ser humano en una situación donde lo que está en juego es la vida de otra persona.
¿Qué nos está pasando? ¿Hasta dónde hemos llegado para tratarnos como objetos, en una peligrosa indiferencia? Sólo para tenerlo claro, esos migrantes eran nuestros migrantes y, murieron bajo el techo de nuestras instituciones, en su resguardo y bajo su vigilancia.
¿De quién es la responsabilidad?
La detención de migrantes en México se ejecuta sin un marco regulatorio ideal, por lo que se violan derechos humanos como el libre tránsito, la seguridad jurídica, el debido proceso, la asistencia consular, la no discriminación y la dignidad humana.
Cuando un extranjero no puede acreditar su estancia legal en México el INM dicta el alojamiento temporal, sin embargo, las estancias migratorias donde se les mantiene, se asimilan al de centros penitenciarios.
De acuerdo con la Secretaría de Gobernación, que se encarga de los asuntos migratorios, en México existen 35 estaciones migratorias en 26 estados del país donde se pueden albergar a 4,300 personas de forma simultánea. Además, hay 348 estancias migratorias provisionales, donde las condiciones no son óptimas. No se ofrecen alimentos adecuados, asesoría legal, separación por grupos de migrantes e incluso llegan a recibir malos tratos.
Algunas Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) como LasVanders, Derechos Humanos en Acción (DHIA), Centro Prodh y el Grupo de Trabajo sobre Política Migratoria han condenado este hecho y exigen a las autoridades explicar cuáles eran los protocolos y rutas de emergencia establecidos en la estación del INM para situaciones como la que se registró este lunes.
Además, han señalado que las personas fallecidas estaban privadas de la libertad, ya que la estancia provisional es un espacio de detención y no un albergue, por lo que acusaron una vez más que las acciones de control migratorio y de privación de la libertad violentan la dignidad de las personas.
Y así, lo mismo Porfirio Muñoz Ledo califica el incendio y la responsabilidad de las autoridades como «crimen de estado», como el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, expresa que este incidente es «un recordatorio a los gobiernos de la región de la importancia de componer un sistema de migración quebrado y los riesgos de la migración irregular»… O como López Obrador acusa que el incendio fue provocado derivado de una protesta que los migrantes iniciaron.
Este incendio revela fisuras del sistema migratorio mexicano y ha provocado una fractura entre la Secretaría de Gobernación de Adán Augusto López y la cartera de Relaciones Exteriores (SRE), a cargo de Marcelo Ebrard; dos de los principales aspirantes de Morena para contender por la presidencia en 2024.
A horas de la tragedia, López se deslindó y dijo que no tenía nada qué responder sobre el tema, declaró que, aunque el INM depende de Gobernación, él no es el encargado del sistema migratorio y señaló a Ebrard como el máximo responsable de rendir cuentas sobre lo sucedido. Por su parte, Ebrard se concentró en informar que se había puesto en contacto con sus homólogos de Guatemala, Honduras, Venezuela, Colombia, El Salvador y Ecuador, y se abstuvo de algún comentario sobre los reclamos de López. “Dejo cualquier consideración de índole política para otros momentos. Cada cual debe hacer lo que le corresponde en esta hora”, respondió el canciller, sin decir nombres.
Entonces, López Obrador pide a Rosa Icela Rodríguez, la titular de Seguridad, que informe sobre el incendio en el que murieron decenas de migrantes tras la fractura entre Gobernación y Exteriores.
@AletiaMolina
