TERESA MOLLÁ CASTELLS (SemMéxico, Ontinyent, Valencia, España). Con las fallas recién quemadas en pueblos y ciudades de la provincia de Valencia y con una guerra en marcha en Europa y otras en el mundo, cabe pensar, o mejor repensar el lugar que ocupan los cuerpos de las mujeres en diferentes espacios.
Como hemos podido ver en diferentes fallas, los cuerpos de las mujeres son hipersexualizados y utilizados como reclamos para la sátira y la reproducción de los estereotipos más vulgares. Eso sí, siempre en “nombre” de la fiesta y de la tradición. Como si las violencias machistas contra las mujeres no se perpetuaran también a través de las fiestas y tradiciones…
Hace muchos años y en el marco de un acto festero de mi ciudad, me comentaba un viejo conocido que las fiestas deberían ser un punto de encuentro social en el que desaparecieran las diferencias y toda la comunidad celebrara la vida. En aquel momento me pareció una buena definición.
Este año, de nuevo, en las fallas se ha usado y abusado de la exposición de los cuerpos de las mujeres. Se llama sexismo. Y casi nadie, excepto las feministas lo denunciamos. Es más, cuando una mujer artista fallera ha construido su monumento basado en el cuerpo de una mujer sin hipersexualizar, simplemente mostrándolo desnudo y sin adornos, ha sido destruido y vandalizado. O dicho en otras palabras para que se entienda, ha sido violado como lo sería, mejor dicho, como lo son los cuerpos de las mujeres violadas. Y recordemos que, según el Ministerio del Interior, en España se interponen casi cincuenta denuncias por violaciones al día. Y hablamos solo de las denuncias y no de todas las violaciones que se producen realmente. No quiero ni imaginar los datos reales…
Y aun así parece que se disculpen hechos vandálicos como la destrucción/violación del monumento fallero que mostraba el cuerpo de una mujer. En fin…
Seguimos con los cuerpos de las mujeres. En las fronteras Ucrania se ha desatado una especie de “caza” de mujeres para ser explotadas sexualmente en los prostíbulos de toda Europa. Los proxenetas, ante la necesidad urgente de tantas y tantas mujeres están captándolas para explotarlas y esclavizarlas sexualmente. Sus cuerpos, una vez más son utilizados para satisfacer deseos sexuales y de dominación por parte de puteros que pagan para violar. Porque eso es el consumo de mujeres prostituidas: pago con derecho a violación. De nuevo los cuerpos de las mujeres usados y exhibidos para deleite patriarcal. Y, también en las fallas, la aparición de ninotes hipersexualizadas representando a mujeres prostituidas como algo “gracioso” y satírica crítica a posiciones políticas ante una situación que implica mucho sufrimiento para miles de mujeres que cada día son consumidas y violadas por puteros que, además, se permiten negar que lo son.
Demasiadas complicidades patriarcales y en todos los estamentos sociales impiden afrontar la abolición de tanto sufrimiento de miles de mujeres pobres en todo el mundo. Poque, aparte de machista y profundamente patriarcal de cuyo sistema es uno de sus pilares, la prostitución es, también una cuestión de clase social, no lo olvidemos. Son tratadas por proxenetas y consumidas por puteros, mayoritariamente mujeres pobres y, por tanto, vulnerables.
Y volvemos a la guerra de Ucrania y las mujeres como botines de guerra. Supongo que no tardarán nada en llegar las noticias de las violaciones de mujeres por parte del bando que avance en la conquista de nuevos territorios como forma de hacer valer esa conquista. De nuevo, y como en tantas otras ocasiones, los cuerpos de las mujeres usados como campos de batallas para mostrar avances y superioridad frente a quienes han sido vencidos. La terrible historia de siempre.
Y mientras, el aspirante a dirigir el principal partido de la oposición haciendo suyas las tesis del partido de la ultraderecha y negando las violencias machistas. Todo muy moderno y social en el seno de una Europa culta, moderna y, presuntamente igualitaria y, también presuntamente defensora de los intereses de las personas más vulnerables. Claro que si….
Me entristece y fortalece en mi lucha feminista a partes iguales ver cómo las diferentes violencias ejercidas contra las mujeres son justificadas con discursos regulacionistas de la prostitución o de la legalización de los vientres de alquiler, o a través de los discursos visuales de las fallas con el pretexto de la sátira. Si, se busca por parte del patriarcado, normalizar la superioridad masculina ridiculizando y consumiendo cuerpos de mujeres y negando que esas sean violencias machistas. Per lo son. Se pongan como se pongan, lo son.
Denunciar que son violencias machistas, señalarlas y exponer que su blanqueamiento o justificación no conseguirán que desde el feminismo lo señalemos como lo que es, sigue siendo motivo suficiente para recuperar fuerzas y seguir en la trinchera de la lucha feminista.
Esta y no otra va a seguir siendo mi lucha. En esa batalla y junto a muchas otras mujeres me van a encontrar.