DESDE CASA/ ¡Pónganse las pilas!

ANA LYDIA VALDÉS

El sector inmobiliario de la región del Bajío será beneficiado con el Nearshoring, pero no a corto plazo. La construcción de vivienda para los que lleguen comenzará en tres o cuatro años pero podría ser exponencial. Así lo vislumbra Eric Cházaro Cavero, desarrollador de vivienda asistencial en San Miguel de Allende, Guanajuato. Según cifras de la Secretaría de Economía, de enero a marzo del 2023 las entidades que conforman El Bajío (Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí) sumaron 1,400 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED). De éstas, Querétaro y Guanajuato sumaron el 61% de la IED recaudada en la región. Por ello, la consultora CBRE espera que el clúster automotriz se siga fortaleciendo, en particular en San Luis Potosí y Guanajuato. También se espera que Querétaro continue con demanda de tipo logístico y con la diversificación de industria manufacturera ligera como hasta ahora. San Luis Potosí, se ha caracterizado por inquilinos que buscan la compra de terreno industrial para el desarrollo de sus edificios, mientras que en Aguascalientes se registró movimiento de inquilinos lo que disminuyó su tasa de vacancia al 2.3%. Frente a todos estos movimientos silenciosos, el gremio inmobiliario tendrá que ponerse las pilas. Algunos ya lo hicieron comprando tierra, mientras que otros planean abrir oficinas en estas ciudades propicias para la relocalización. Pero si además los profesionales inmobiliarios aprenden inglés y estudian los usos y costumbres de los extranjeros que van llegando tendrán ventas seguras. Cházaro Cavero, miembro activo de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) citó a la comunidad japonesa de Guanajuato que llegó con las armadoras Toyota, Honda y Mazda y que en conjunto emplean alrededor de 20 mil personas. El fenómeno impulsó la construcción de desarrollos inmobiliarios en Silao, Irapuato, León y la ciudad de Guanajuato. Hoy en día Guanajuato es el estado con la mayor concentración de japoneses en México estimada en millón y medio de personas y para 2030 se calcula que generen dos millones de empleos. Cuando los japoneses llegaron tuvieron que rentar y ahora en vísperas del Nearshoring alguien tiene que construir viviendas para rentarlas. Especialistas del segmento hipotecario de HSBC, BBVA, Banorte y Santander coinciden al señalar que hoy es buen momento de invertir en bienes raíces pues tarde o temprano el dólar se va a recuperar y habrá plusvalía. Es una gran oportunidad para los inmobiliarios, pero tendrán que entender al mercado extranjero. Ahí llevan ventaja aquellos que han vivido en ciudades con atracción turística extranjera como: Ajijic, San Miguel de Allende, Mazatlán, Rosarito, Los Cabos o la Riviera Maya pues han sido partícipes de una industria inmobiliaria más sofisticada y con estándares distintos. A diferencia de cuando llegaron las armadoras, ahora habrá que apostarle a vivienda de mayor valor. El Nearshoring implica la creación de empleos no tan básicos, México ya no ofrece simplemente maquila como en el siglo pasado sino mejores empleos. El efecto de la relocalización será distinto y los profesionales inmobiliarios tendrán mayores oportunidades si entienden, por ejemplo, que para los extranjeros la inspección de la vivienda es muy importante. Así mismo, el inmobiliario deberá responder ante la incertidumbre extranjera sobre la factibilidad de comprar propiedades en nuestro país. Vendrá un tipo de industria más sofisticada con gente que exige vivienda de calidad y los inmobiliarios certificados y mejor capacitados en tecnologías podrán ofrecer mayor valor a sus clientes.

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