DESDE BOLIVIA/ Si Zúñiga fuera mujer

DRINA ERGUETA

SemMéxico. La Paz, Bolivia.  El general Juan José Zúñiga Macías está hoy detenido preventivamente en la cárcel de El Abra, de máxima seguridad en Bolivia, luego de ser el protagonista de un intento de golpe de Estado. Le podrían caer 20 años de prisión por “haber atentado contra la democracia y la Constitución” el 26 de junio de este año. Pero, ¿sería posible acabar así, si fuera mujer?

Juana Josefa Zúñiga Macías (Ay, no se ofenda, general, ni familiares, amistades u otros militares, se trata de un ejercicio de imaginación muy útil. Además, ¿por qué es ofensa ser mujer?) ya, de entrada, no podría ser militar. Para serlo, le cambiamos un poco la edad que la que tiene su versión masculina y se coloca en “la primera versión de mujeres militares” que ingresaron al Colegio Militar del Ejército boliviano entre 1979 y 1985.

En esos años, se abrieron las puertas de las Fuerzas Armadas a las mujeres y se graduaron un total de 47. Las abrió el gobierno de facto del general David Padilla Arancibia quien también propició el regreso a la democracia, pero su sucesor Hernán Siles Suazo las cerró en 1983. Fue en 2003 que Gonzalo Sánchez de Lozada vuelve a permitir el ingreso de mujeres en las Fuerzas Armadas por esa incipiente, y ridícula para muchos, razón de equidad de género.

Es así que Juana Josefa Zúñiga es una de las contadas militares de carrera durante varios años y, aunque poco a poco ve a más mujeres en ese espacio masculino, éstas siguen siendo escasas: en 2021 sólo llegaran a ser el 10% del total, con proyecciones de que sumen 1.643 en 2025.

Pero no es cuestión de entrar al Colegio Militar, y ya, y de competir con sus colegas, que también, es hacerlo siendo mujer en un espacio masculino y tradicionalmente machista: una lucha constante ya que “algunos instructores y compañeros nos discriminaban y decían que solo íbamos a servir de personal de apoyo y jamás llegaríamos a cargos de decisión” (militar entrevistada por La Razón 07/06/2022), lo que dificultó su ascenso, por lo que llegar a coronela le tomó sufridos 30 años, algunos de estos, a veces, muy duros.

Cuando era joven fue violada por un superior. Ya se había “acostumbrado” a cierto tipo de acosos sexuales por parte de algunos compañeros, acosos que a veces eran abiertos, naturalizados, y que causaban la risa de sus colegas. Ella optó por naturalizarlos también y reírse igualmente, endurecerse, volverse macho para sobrevivir. Pero la violación la hizo tambalear y pesar en dejarlo todo. Denunciar no era una opción, nadie la oiría, se calló y aguantó que su impune violador actuara como si hubiera sido una relación ocasional consentida.

Muchos años después, en 2020, muy tarde para ella y otras, se creó el Consejo Nacional de Género del Ministerio de Defensa y se establecieron ciertos protocolos de atención de casos de discriminación, acoso y violencia sexual en las Fuerzas Armadas. Según publicaciones, entre 2019 y 2021 se atendieron 340 casos. Tomando en cuenta que en 2021 había 1.443 mujeres en el ejército boliviano y que ese año hubo 81 denuncias, y que en 2019 hubo 168 casos, se podría decir que en promedio una de cada diez mujeres miliares sufrió alguna de estas discriminaciones y violencias machistas. Zúñiga las padeció, pero como no denunció no cuenta.

Para hacer carrera, no se casa ni tiene hijos y siendo una de las contadas mujeres coronelas, en 2015 la nombran generala, junto a Gina Reque Terán. Zúñiga mujer ocupaba el puesto 20 de su promoción de 60 militares, trabajó mucho más para ello porque las discriminaciones de género la obligaban a demostrar más.

Al contrario de su versión masculina, nunca fue nombrada comandante general del ejército boliviano por ningún gobierno. Podría ser posible que una mujer llegue a ese cargo, ya que, según cómo se mire, sería políticamente interesante para un gobierno progresista; sin embargo, eso probablemente no lo soportaría una institución tan masculina.

En junio de 2024 es el comandante general quien le dice que lo respalde en una acción que llama “de defensa del pueblo” ante la inestabilidad política, “la ineficiencia de los de siempre” en el gobierno y la irresponsabilidad de los políticos. Le propone ser ministra de su gabinete, cuando tome el poder. Ella sabe que la usa porque por su trayectoria tiene buena imagen, pero, a la vez, asumir un cargo así le tienta… ¿Aceptará? Bueno, sea lo que sea que decida, una parte de la población dirá que participó en un autogolpe ya que se acomoda mejor a su imaginario.

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