DE REPTILES, SALMONES, PECECITOS Y ELEFANTES

 TERESA GURZA

¿Estarán pasando ahora, más cosas raras?

¿O tal vez antes no nos enterrábamos de todo lo que ocurría, porque no existía la actual tecnología?

Solo Dios, pero no deja de sorprenderme bastante de lo que leo en la prensa; sobre todo si se refiere a animales, como en las siguientes notas:

En Estados Unidos, cerca de cien mil salmones aprovecharon que el tráiler que los transportaba sufrió un accidente en el vado de un río cerca de Portland, para brincar del acuario.

Citando información del Departamento de Pescado y Vida Salvaje, Christine Hauser autora del artículo publicado por la BBC este 3 de abril, explicó que como son salmones jóvenes pueden sobrevivir hasta llegar al Océano Pacífico.

El chófer del tráiler sufrió lesiones leves y precisó, que el percance ocurrió al no poder controlar el camión cuando el pesado acuario se ladeó; y que en cuestión de segundos los salmones advirtieron, que había un río y saltaron.

Y empleados de los criaderos de la zona que se acercaron a ayudar, calcularon que solo quedaron unos 25 mil 500.

Otra nota de la BBC reportó “orgias de pescado” en las costas de California, por efecto de la pasada luna.

La autora de la información, Lucy Sherriff, escribió que la semana pasada los lugareños observaron que millones de diminutos peces llegaban a las playas, para tener relaciones sexuales.

Llegaron tras ellos 5 mil voluntarios que acuden en esas fechas a 50 playas californianas, ansiosos por ver ese ruidoso ritual sexual “una especie de apocalipsis marino” que sucede desde 2002.

Ellos anotan lo que ven, y le pasan sus apuntes para pasárselo a la científica de la Universidad de Malibú, Karen Martin, estudiosa del fenómeno, que asegura que, sin la ayuda de esos pobladores convertidos en investigadores aficionados, le hubiera sido imposible completar su investigación.

Por la gran cantidad de peces que participan en esas tumultuosas y salvajes orgías, resulta imposible saber su número; son tan pequeños, que se escurren de las redes y ni por asomo, pican los anzuelos.

Y en Chile una vecina que, en el verano austral de 2022, caminaba por una playa de Algarrobo, distante unos 100 kilómetros de Santiago, vio entre las rocas algo que la sorprendió y avisó a las autoridades, que dieron parte a la Universidad de Chile que envió a sus paleontólogos.

Las labores de rescate iniciaron hace meses y pudieron ver restos de un elasmosaurio; reptil marino, que vivió hace 70 millones de años en el Cretácico; que comenzó hace 145 millones de años y terminó hace 66 millones.

Algunos se han dedicado a quebrar la roca que las mareas cubren y descubren dificultando la labor y otros levantan una barrera de piedras, arena y algas, para resguardar el esqueleto que mide entre 10 y 12 metros y se ha conservado casi completo.

Tiene cabeza pequeña, cuello largo y extremidades en forma de aletas y sus dientes y colmillos indican, que se alimentaba de peces; y es un tipo de animal del que no había registros en Chile.

Se pudo extraer un diente fosilizado y negro de dos centímetros, que junto con bloques rocosos de diversos tamaños, fueron llevados a la Universidad que calcula podrían pasar de uno a dos años para poder ver el esqueleto entero.

Y por último, cansado que se le exija atender a las decenas de miles de elefantes que viven en Botsuana, el presidente Mokgweetsi Masisi amenazó a Alemania, con enviarle 20 mil y aclaró que no es broma, porque está harto de los consejos que le dan.

Su problema no es menor, porque hay en Botsuana alrededor de 90 mil elefantes, un tercio de la población mundial, y como los conservacionistas condenan su caza, siguen aumentando; al grado dice Masisi, de desequilibrar el medio ambiente.

“Los alemanes deberían vivir con ellos y veremos si los aguantan; tenemos más elefantes del espacio que necesitan para no causarnos daño; deambulan por todos lados, se comen las cosechas de los agricultores y pisotean a los residentes”.

Y eso que ya regaló ocho mil a Angola y cientos a Mozambique.

“Daré el mismo regalo, pero triplicado a Alemania y no aceptaré, un no como respuesta” reiteró.

Por presiones de conservacionistas extranjeros, las autoridades de Botsuana prohibieron cazar elefantes en 2014; cinco años después, aduciendo la necesidad de beneficiar la economía local y evitar la caza furtiva, levantaron las restricciones y señalaron cuotas anuales de caza.

Y junto con Zimbabue y Namibia han intentado vender sus reservas de marfil, argumentando que es necesario para ayudar a su gente a salir de la pobreza.

A lo que se han opuesto, países y grupos defensores de los derechos animales, porque el valor monetario de sus colmillos, fomentaría los asesinatos de elefantes.

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