CONSULTORÍA EMPRESARIAL/ Transiciones de la empresa familiar

JULIO CÉSAR BRISEÑO CRUZ*. Existen parteaguas importantes en la vida de las empresas familiares: cuando se toma la disyuntiva de continuar como empresas privadas a ingresar a la Bolsa de valores.

Generalmente estos puntos de inflexión ocurren alrededor de transiciones generacionales, salida de las ramas familiares de la propiedad o eventos externos como cambios significativos en una industria. E incluso en los mejores momentos, estas decisiones tienden a ser complicadas.

Ahora, aun cuando una familia conserva el control efectivo a través de la propiedad de acciones con derecho a voto, lo que les permite elegir la junta y tomar otras decisiones estratégicas significativas, debe observar los requisitos de divulgación de información y el escrutinio de los inversores del mercado público.

Colocar acciones en los mercados públicos tiene ventajas como el acceso a capital de crecimiento, la oportunidad de tener accionistas desinteresados, un mercado líquido para acciones familiares y estándares de gobierno más rigurosos.

Para quienes sopesan la decisión de salir a bolsa, conviene analizar la propia dinámica, pues podría ser por ajustes estratégicos o cambios en las prioridades familiares.

Así, las empresas que buscan crecer agresivamente, hacen grandes inversiones de capital o se reposicionan en relación con su competencia, pueden tomar la decisión estratégica de salir a bolsa.

Las empresas familiares también tienen que lidiar con el potencial de cambiar las prioridades y visiones de generación en generación. Esto podría significar que una nueva generación desea abandonar un segmento de negocios que no se alinea con sus valores o podría implicar que una rama de la familia ya no desea participar en el negocio.

Es posible que parte de la familia ya no esté interesada en ser propietarios. Si no puede comprar a través de un instrumento de deuda, o elige no hacerlo de esa manera porque limitará la capacidad de la compañía para crecer, puede usar una oferta pública como una forma de financiar la compra.

También conviene analizar que, al mantener la propiedad privada de las empresas familiares,  existen ventajas: permite a la familia controlar la visión, valores, estrategia y cultura de la empresa. Como resultado, las empresas familiares a menudo ofrecen rendimientos superiores.

Esto se debe en gran parte a la capacidad de estas firmas para centrarse en la inversión a largo plazo en personas, productos y comunidad, lo que conduce con el tiempo a una rentabilidad superior. Las empresas familiares también tienen un liderazgo más estable y generan una mayor confianza de los empleados y clientes.

Ahora, si bien una oferta pública puede ser necesaria o valiosa para la vitalidad de la organización, salir a bolsa conlleva riesgos como abrir la puerta a los inversores activistas, pero sobre todo a la pérdida de control estratégico.

Las empresas familiares que eligen la ruta pública pueden minimizar el riesgo de perder el control estratégico al preparar a los miembros de la familia para asumir roles de liderazgo en el negocio, asegurar que la familia controle la junta y mantener el control del voto a través de la emisión de acciones de doble clase.

En sí, las empresas familiares tienen muchas opciones que pueden ayudarlas a aprovechar la propiedad pública mientras conservan el control estratégico y operativo.

*CEO de Cénit, consultoría empresarial y banca de desarrollo

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