CIUDADANO DE A PIE/ “¿Te urge que me muera?”

VERÓNICA VALDÉS GONZÁLEZ. En varias ocasiones Lucina Arredondeo intento hablar con su papá sobre la conveniencia de hacer su testamento, pues evitaría problemas intrafamiliares.  La respuesta de su progenitor siempre fue la misma: “No me estoy muriendo”, “¿Te urge que me muera?”

El padre de Lucina falleció, por secuelas de COVID,  en Noviembre de 2021.  La carencia de un testamento originó problemas económicos y de convivencia entre los familiares. Debido al desacuerdo que existe en la familia  se irán a un juicio, el costo total que pagarán  será de 150 mil pesos y llevará aproximadamente año y medio.

SEGURO, SOLO LA MUERTE

“Nada es seguro en la vida, sólo la muerte”, dice un refrán popular, a pesar de ello, el número de personas que hacen testamento es aún bajo, no obstante las campañas del gobierno federal.

Durante 19 años  el Gobierno Federal ha convocado a la ciudadanía de todo el país a participar en la campaña nacional “Septiembre Mes del Testamento”.

Las facilidades que se otorgan para hacer el testamento son diversas y van desde asesorías gratuitas hasta una reducción significativa de los costos. Normalmente un testamento cuesta alrededor de cinco mil pesos, durante septiembre el costo baja a 2,200.

No obstante,  en promedio, solo uno de cada 20 mexicanos que tienen la edad para hacer su testamento lo llevan a cabo.

La Ciudad de México es la entidad con mayor cultura testamentaria, al registrar 30 % del total que hay en el país.

USOS Y COSTUMBRES

Los mexicanos nos distinguimos por no ser previsores, situación que, en el caso del testamento, se incrementa por creencias y costumbres de la población.

Generalmente se escucha a los padres decir a sus hijos: “cuando yo me muera ustedes se quedarán con todas mis cosas, con la casa, el auto, etcétera, etcétera, se lo reparten en partes iguales”, pero no formalizan su decisión, no acuden ante un notario para externar su voluntad y asegurar que se cumplirá al píe de la letra.

Otra de las razones por las que algunas personas no hacen testamento es por la creencia que una vez que esté listo y registrado sus herederos les quitarán sus bienes, apreciación totalmente falsa.

Algunas más piensan que con entregar la factura o escritura a quien se le desea dejar el bien se está legalizando la herencia, nada más erróneo.

Por último, la más frecuente, que al hacer testamento están invocando a la muerte y por lo tanto morirán pronto, lo que tampoco es cierto.

El testamento contempla riqueza, pero también transfiere deudas y obligaciones con otras personas o instituciones que perduran después de la muerte.

Sin duda, hablar del testamento cuesta, es un tema tabú. Sin embargo, nadie se puede escapar de ella. Hablar del testamento y de la muerte es un acto de responsabilidad, de convivencia.

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