VERÓNICA VALDÉS GONZÁLEZ
Ante los diversos problemas que arrastran las pensiones otorgadas bajo la Ley 1997, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo reformas, en 2020, a dicha legislación.
Entre las modificaciones realizadas destacan la reducción del número de semanas cotizadas y el otorgamiento de una pensión garantizada, misma que depende de las semanas cotizadas, la edad de retiro y el salario promedio.
Hace unos días la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el retiro dio a conocer los primeros resultados de dicha Reforma.
De acuerdo con el organismo gubernamental entre enero de 2021 y marzo de 2024 de los 68 mil 247 trabajadores pertenecientes a la Generación Afore que presentaron una solicitud de pensión, 99.87 por ciento obtuvo una pensión garantizada, al registrar menos de mil 250 semanas cotizadas.
Dicha pensión es el monto mínimo que un trabajador recibe al jubilarse y está en un rango de 2 mil 622 a ocho mil 241 pesos. Entre más semanas cotizadas, mayor edad y salario esta pensión será más alta.
Señala la Consar que los 67 mil 155 trabajadores (99.87%) son pensionados con menos de mil 250 semanas cotizadas, es decir se beneficiaron con la disminución del requisito de semanas. Sólo cinco mil 339 casos (7.3 %) hubiera podido alcanzar el requisito de semanas solicitado antes de la reforma.
Ciertamente el sistema de pensiones de nuestro país necesita ser reformado, sin embargo, estos cambios deben ir acompañados de políticas públicas que favorezcan la permanencia de los trabajadores en los centros de trabajo, la generación de empleos formales y de salarios suficientes que permitan a los trabadores hacer aportaciones voluntarias para incrementar su pensión.
Obtener una mejor pensión resulta casi imposible debido una alta rotación de la fuerza de trabajo en el país, al desempleo en personas mayores de 40 años y el constante crecimiento de la economía informal.
Según la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos el índice de rotación de personal en México es uno de los más altos de Latinoamérica.
Mientras que no se favorezca el crecimiento económico, la generación de nuevas fuentes de trabajo y mejores salarios, el problema de las bajas pensiones permanecerá.