VERÓNICA VALDÉS GONZÁLEZ. En los próximos meses los precios al consumidor seguirán en aumento. Pronósticos del Banco de México indican que en el tercer trimestre del año la inflación llegará a 8.1 por ciento.
Lo anterior es preocupante, no solamente por el alza en los precios de los productos de primera necesidad, también por la posibilidad de un nuevo incremento en las tasas de interés, lo que afectaría más a familias y pequeñas empresas.
Una de las herramientas con las que cuenta el Banco de México para frenar el crecimiento de los precios y sus efectos negativos en la economía es la tasa de interés de referencia.
Seguramente usted se enteró que en la primera quincena de junio la inflación anualizada fue de 7.88 por ciento, porcentaje superior al estimado.
Y de seguro también se enteró que el Banco de México incrementó a 7.75 por ciento su tasa de interés de referencia, si esta información le fue indiferente o pensó que no le afectaría su bolsillo, está en un error.
Si tiene créditos (hipotecario, automotriz, personal, etcétera, etcétera) a tasa de interés variable, como la tarjeta de crédito, este aumento hará que pagué más.
De la misma manera como las personas piden prestado, los bancos también lo hacen, para ello acuden al Banco de México, el cual mediante la tasa de interés de referencia establece el costo al que le prestará a las entidades financieras que requieren el dinero para que luego estas se los presten a sus clientes.
Dicha tasa, es la referencia o la base para que los bancos y otras instituciones financiera fijen los intereses que cobrarán o pagarán de acuerdo a los productos financieros que ofrecen a sus clientes.
¿Cómo entonces utiliza Banco de México está tasa para contener la inflación?
Cuando esta tasa aumenta se reduce la compra de bienes y servicios desincentivando la inversión y el consumo y se incentiva el ahorro de las personas, lo que incide en el control de los precios al consumidor.
Esto es, cuando los intereses suben el costo del dinero se incrementa y entonces lo pensamos muy bien antes de contraer una deuda, lo mejor es no gastar y ahorrar lo que ayuda a que bajen los precios y la inflación.
Si los precios crecen las familias pierdan su poder adquisitivo, lo que genera incertidumbre en los inversionistas al no poder prever el rendimiento que tendrán sus inversiones ante los bajos niveles de compra de los consumidores, situación que en muchas ocasiones detiene las inversiones y en consecuencia la economía.
La intención del Banco Central es que la inflación no sea superior a 3 por ciento, sin embargo, desde noviembre del año pasado se ha mantenido por arriba del siete por ciento.
Buenas noticias
Ahora que cuando el dinero se tiene ahorrado en el banco o se ha invertido en instrumentos de interés variable las instituciones financieras pagarán un mayor rendimiento a los depósitos que no estén a un plazo forzoso o fijo (como los pagarés con rendimiento liquidable a su vencimiento) al momento de incrementarse la tasa de interés de referencia.
La intención del Banco de México es que inflación no sea superior a 3% anual, sin embargo desde el penúltimo mes del año pasado esta se mantiene arriba de 7 por ciento.