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VERÓNICA VALDÉS GONZÁLEZ. Por fin, después de pensarlo por mucho tiempo, María Elena decidió pensionarse. Los requisitos solicitados por el IMSS los habían cumplido. Tiene más de 60 años y el triple de las 500 semanas mínimas requeridas.
Sus datos registrados en la Afore y el IMSS estaban correctos: nombre, domicilio, número de seguridad social, CURP, edad, entre otros. «Tu pensión va a salir rápido, no tienes que preocuparte», le dijeron en la oficina de Personal de su empresa, así que sin más, decidió renunciar.
Una semana después acudió a la afore donde tiene su cuenta para el retiro, sin embargo, no pudo hacer ningún trámites le faltaba el expediente biométrico de identificación, el cual, no es obligatorio para tener una cuenta en una Afore, pero no se puede realizar ningún trámite, sin haberlo generado.
María Elena no entendía cuál era el problema. «Le falta agregar a su expediente electrónico, los aspectos biométricos, es decir sus huellas dactilares, rasgos faciales, su voz y su firma digital, sin esos registro no se puede tramitar su pensión”, le comentaron en la afore.
Después de cuatro semanas el registro biométrico de María Elena no queda. «Mis huellas no se registran bien, he pasado a varios escritorios y no encuentran el problema» Se suponía que mi pensión la podría cobrar en dos meses después de haber renunciado a mi trabajo, pero se complicó por no tener los biométricos. Sólo queda esperar» comenta.
Contar con los datos biométricos es absolutamente indispensable para llevar a cabo retiros por desempleo, traspaso de cuentas, retiros de aportaciones voluntarias, r totales o parciales y hacer sus trámites para el pago de pensión, entre otros.
Sin embargo, la poca información que existe al respecto ha hecho que, de enero de 2015 a agosto de 2022, se cuente con más de 33.6 millones de expedientes electrónicos únicos, sin embargo, de estos expedientes solo 29.2 millones ya tienen los datos biométricos, lo que representa menos de la mitad 40 del total de las cuentas registradas en las Afores, según datos de la Consar.
Es decir que solo 4 de cada diez personas que acuden a realizar algún trámite a cualquiera de las 10 Afores que existen en el país, no pueden hacerlo por falta de datos biométricos.
El incremento en las solicitudes de pensiones, luego de las reformas a la legislación en materia de pensiones y el mayor número de personas en edad de jubilación, ha hecho que el proceso sea lento ya que la mayoría de los trabajadores tienen los registros incompletos.
«Hay personas que nunca han actualizado sus datos, mientras que otros no saben en que Afore están y vienen a las oficinas cuando ya están cerca de la edad de retiro» menciona José Estrada, asesor en materia de pensiones.
La intención de los datos biométricos es brindar seguridad para los tramites que realizan los trabajadores, la adopción de esta medida hizo que los traspasos indebidos disminuyeran hasta 99 por ciento al pasar de mil 128 casos reportados a ocho en 2020, señaló la Consar.
LAS HUELLAS SE BORRAN
Sin embargo, existe un problema, de acuerdo con el portal especializado en materia de pensiones Mi pensión y retiro, la Consar ha incurrido en un gran olvido y omisión en lo referente a las huellas dactilares, las cuales pueden deteriorarse o borrarse por el uso de medicamentos, dermatitis, el uso de químicos, cloro, ácidos, líquidos, detergentes o la edad.
Situación que ha sido expuesta por un trabajador a quien la Afore la está negando la devolución de su ahorro para el retiro, «porque el dispositivo dactilar» no puede leer sus huellas, situación que la normatividad emitida por la Consar, olvido definir cómo resolver.
Ante esta situación se pregunta: ¿usted ya revisó el estado de sus huellas dactilares? Vale la pena que lo haga y, vale la pena que las cuide porque, tendrá problemas para cobrar su ahorro para el retiro. Yo solo se lo paso al costo.
