HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN. Habla como candidato, viste como candidato, camina como candidato, es el candidato. Desde que Horacio Duarte fue a la matutina de Palacio Nacional para anunciar su renuncia a la Agencia Nacional de Aduanas, en donde dicho sea de paso estuvo como florero, Horacio no ha dejado de vociferar: “ voy por la batalla maestra”.
Ir por la “batalla maestra” ¿es algo más que ser coordinador de la campaña de Delfina Gómez? de quien se dijo que sería la candidata de Morena para el Estado de México, luego de dejar la Secretaría de Educación, pero en el INE le tienen su guardadito por aquello del Cash que sacó de los empleados del municipio de Texcoco hace seis años. No conviene.
La revista Etcétera publicó hace unos días que la maestra Delfina Gómez, podría declinar a la candidatura de Morena para el Estado de México por cuestiones de salud. La maestra no es candidata todavía, es la impulsora de Morena en la entidad mexiquense lo que motivó que se le ubicara como virtual abanderada de ese partido a la gubernatura de ese estado, lo mismo que fue hace seis años.
Duarte quien tuvo un papel destacado como representante de Morena ante el Instituto Federal Electoral, pero que en Aduanas sólo fue un florero más en el gabinete de López Obrador, ha sido entrevistado en varios medios después de su renuncia y en todas las ocasiones no ha perdido la oportunidad de hablar sobre la “batalla maestra” y el posible triunfo de los morenos en el 2023.
“En este momento, en un hipotético caso donde esté la coalición encabezada por Morena contra ‘Va Por México’, estaríamos ganando. Hay encuestas que nos dan 13 puntos de ventaja y las más conservadoras 18 puntos”, dijo en una entrevista con el periodista Álvaro Delgado.
Duarte dice que a pesar de los resultados en las encuestas, “no confío en que es automático, hay que hacer el trabajo en los 125 municipios”. ¿Les dice algo?
Sin embargo, en la encuesta que realizó la dirección nacional de partido, que ganó la maestra Delfina Gómez, Duarte quedó en último lugar con apenas el 7 por ciento de las preferencias electorales, en el segundo, se ubicó Higinio Martínez pero el senador, no está en el ánimo del inquilino de Palacio Nacional, que es quien dice la última palabra, o da el dedazo en estas designaciones.
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Alejandro Encinas Nájera, hijo de Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación fue designado por el presidente Andrés Manuel López Obrador como subsecretario de Comercio Exterior, quien tendrá que llevar las negociaciones sobre energía en el T-Mec, Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá. ¿Qué experiencia tiene? ninguna. Su único mérito es ser hijo de un personaje cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador. Encinas Nájera está muy lejos de saber lo que sabe la ahora ex subsecretaria Luz María de la Mora. Bien decía hace algunas semanas un internacionalista, lo que la cancillería mexicana compone en la relación con los Estados Unidos, el presidente lo descompone. Por cierto en mi muro de Facebook apareció un meme que decía, “andaba buscando huesos -por aquello de sus tareas de Encinas padre, en la búsqueda de los desaparecidos- y encontró un hueso para su hijo”. Genial.
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