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MARTHA CANSECO GONZÁLEZ (SemMéxico, Pachuca, Hidalgo). La semana pasada, hablando de otro tema cité a Vladimir Lenin quien dijo: “La verdad es revolucionaria”, y nada más revolucionario que la investigación que hizo el diario español “El País” respecto a la tesis doctoral de la ministra de la suprema corte de la nación, Yasmín Esquivel Mossa la cual reveló que también plagió una muy buena parte de ella.
Anticorrupciónmx.org dice sobre esta: “La corrupción es un grave impedimento para el Estado de Derecho y el desarrollo sostenible. Considerada una de las principales problemáticas a atender dentro de la Agenda 2023, desde el 2003 se reconocieron las diferentes dimensiones de la corrupción y sus repercusiones al interior de los Estados y a nivel internacional mediante la adopción de la Convención de las naciones Unidas contra la Corrupción”
“De acuerdo con Price Waterhose Coopers (PwC) la corrupción pareciera ser una especie de trampa que atrapa a sus víctimas con la promesa de disfrutar de algún beneficio o gratificación inmediata, a costa del bienestar común con graves estragos e implicaciones negativas en el largo plazo. La corrupción representa un obstáculo mayúsculo para el crecimiento de un país convirtiéndose en un lastre que obstruye la democracia, la justicia, el Estado de Derecho, la seguridad y el combate a la pobreza, entre otros”
Así que este descubrimiento que hizo la publicación española, no es cosa menor ya no sólo por el plagio en sí, sino porque la entonces alumna, dejó sin oportunidades a compañeras y compañeros que hicieron bien su tesis o que no la pudieron hacer. Ya como abogada, a sus colegas que no se han hecho partícipes de la corrupción y no pudieron ascender tanto como ella y ahora como ministra, vulnerando la justicia y el Estado de derecho, porque es evidente que es una persona proclive al abuso y a la corrupción.
Por cierto, menudo favor le hizo su representante legal Alejandro Romano a la ministra quien con el afán de defenderla aseguró que las omisiones en las citas de autores son descuidos, pero jamás una forma de plagio.
¿Cuántos descuidos habrá cometido Esquivel a lo largo de su carrera? Imagínense si lo hizo en su tesis doctoral, que podemos esperar de ella como ministra y con asuntos demasiado delicados como para dejarlos en sus manos.
El caso de Esquivel Mossa que sigue siendo tema de discusión, aunque a López Obrador no le causa siquiera zozobra va a dar todavía mucho de qué hablar.
Hace algunas semanas platicando con una amiga académica de cierta universidad, me decía que el chanchullo en las tesis y los exámenes profesionales en las facultades y escuelas de derecho, son habituales.
Qué, si se pusieran a investigar a todas y todos los egresados de esa carrera, nos llevaríamos una enorme sorpresa. Por supuesto entiendo, que hay personas honorables que han hecho todo de manera legal, pero que él caso que nos ocupa es de tal magnitud que podría tambalear las cimientes de las más reconocidas casas de estudio.
Y pues, la verdad lo que no han hecho, o no han querido hacer la Universidad Autónoma de México y la Universidad Anáhuac con respecto al caso de la magistrada de la suprema corte de la nación, de quitarle los títulos porque los obtuvo a través de trampas, cochupos o descuidos, no sólo les resta prestigio sino también credibilidad a tal grado que les será muy difícil recuperar la vapuleada reputación que les queda.
Por supuesto, sí en estas universidades pasa esto, ¿qué no pasará en otras más laxas o en las llamadas, escuelas patito?, ¿cuántos títulos comprados? ¿cuántos adquiridos fast trak?, cuántos profesionales, que no lo son, teniendo en sus manos el destino de tanta gente, sus vidas, salud mental, bienestar, patrimonio, libertad.
¡Esto, es mucho más serio de lo que se ve!
¿Quién iba a pensar, que la investigación de un periodista, tendría estos alcances? Así que veo varios escenarios: primero, que ambas universidades tomen medidas serias contra Esquivel y quienes le ayudaron a corromper sus principios rectores.
Qué Yasmín Esquivel asuma su responsabilidad y renuncie a la magistratura por dignidad, ya que de su honorabilidad personal no queda ni pizca o el peor, que no ocurra nada y la corrupción siga socavando la democracia, la justicia, el Estado de Derecho y la seguridad de nuestro país, en esta llamada cuarta transformación, que ha mostrado ya por desgracia, en demasiadas ocasiones, que de transformación tiene muy poco.
