BELLAS Y AIROSAS/ América Femat Viveros, poeta hidalguense «Los Designios del Agua»

ELVIRA HERNÁNDEZ CARBALLIDO (SemMéxico, Pachuca, Hidalgo). Mirar el mar para tranquilizarse, para confirmar la fragilidad humana.

Espiar el mar para soñar que eres una sirena de coros líquidos que empapa a piratas enamorados que siempre terminan por desamarrarse de cualquier mástil.

Observar el mar para olvidar un buen amor, para recordar que nunca se deja de amar.

Acercarse al mar para brincar olas, torearlas con arte, perseguirlas con gozo.

Aproximarse al mar y sentir su agua salada, su agua de sol, su agua de luna.

Vincularse al mar porque tu ayer de sirena exige que no olvides sus profundidades, la facilidad de respirar bajo el agua, el reto de burbujear notas musicales al mismo tiempo que se canta.

Tal vez todas sensaciones simplemente están delatando los designios del agua, esos propósitos húmedos para transformar lo rutinario en algo sublime, los paseos por una playa en aventuras cantarinas y las huellas en la arena en pesquisas para seguir los rezos de nuestra alma que la vida cotidiana convierte en murmullos que dejamos de escuchar.

Posiblemente esas intuiciones sencillamente quieren provocarnos para que escarbemos hasta el fondo del mar y los designios del agua se conviertan en un tesoro preciado, en perlas que transforman cada día en amaneceres inolvidables, en esa sirena que se hunde para resistir no para dejarse vencer.

Sin duda alguna esos presentimientos frente al mar delatan una soledad acompañada, un frío en pleno verano, un invierno de fuego, estrellas que retozan en las olas, peces que reposan en las nubes.

Y solamente una poeta puede ser la culpable de enredarse en estas palabras, disfrutar empaparse de frases que se dejan arrastrar por corrientes internas, discursos inolvidables del silencio, ecos atrapados por gaviotas. Y esa poeta se llama América Femat Viveros que con su libro “Los designios del agua” nos salpica de emociones, nos empapa de poesía, nos baña en agua salada de dulce sabor, en agua transparente que te reconcilia con tu propio reflejo.

Fue esa sensibilidad lo que provocó que yo quisiera ser amiga de América, además de su fiel lectora. Fue esa sencillez poética lo que me dio la certeza de que encontraba a una aliada. Fue esa complejidad soñadora la que provocó que creyera en un hada que hechiza palabras, en una bruja que cumple tus más bellos deseos, en una poeta, una poeta cuyos ojos delatan los designios del agua, al compartir sus lágrimas más gozosas, al regalarnos sus lágrimas más dolorosas.

Entonces, te dan ganas de exprimir este libro para no desaprovechar ni una sola gota de su poesía, surge el deseo de beberlo sin dejar de brindar por la luna, de regar sus frases en cada jardín de la vida, convertirlo en el paño con tibia agua que refresca tu rostro, el maremoto que se reconciliará con tu alma herida, la inundación por la que naufragará tu necio corazón que siempre se vuelve a enamorar, la paradoja que te delata como ni tu misma lo hubieras hecho:

Es más fácil -dice nuestra poeta-

Encontrar un alfiler ensartado

En la madera de paja

Que en el agujero revuelto

De este mar vacío y lejano de ti misma.

América, cómo nos descubres y nos dibujas con absoluta honestidad. Cómo buceas por nuestros oscuros sentimientos y lo llenas de luz. Cómo le encuentras sonido al agua y lo convierte en el canto de esa sirena que anhelo ser. Cómo nos haces sentir caballitos de mar para no cansarnos de galopar por la vida. Cómo haces llegar cada suspiro del agua y empapar como nunca nuestra alma. Cómo logras convencernos que:

El viento duda,

Juega, Se destuerce;

En raso verbo.

En cada respiro.

Se navega un retorno.

América por qué una poeta como tú nos reconcilia con la vida en solamente 91 páginas. Por qué vuelves en espectacular lo sencillo, en increíble lo rutinario. Por qué nos traduces con tanto generosidad los designios del agua y cada propósito lo compartes con alegre ensoñación, furia de luna llena, espuma de cielo, expulsa demonios, logras dar paz a cada alma, bendices cada palabra cuando provocas que, como una oración, esta pecadora que te lee agradecida palpe el agua y sus designios:

De súbito caes,

Congelas tu imperio de oleajes,

Respiras con las branquias,

Te sacudes en medio de la arena.

¡Mírate!

Qué cuerpo has ganado

Para escribir sobre mí.

 

Cuerpos de ondeos; embestido gong. Brillo de escamas que

adolecen su sal;

Un pez en medio de mi imposible.

Ay América, ¿cómo agradecerte esta sensibilidad? ¿Cómo agradecerte este espejo empapado, este mar que no da miedo, esta humedad que tiende nuestra alma al sol más esplendoroso?

América Femat Viveros, poeta, hechicera de palabras, pecadora de milagros, santa de pecados, poeta que te murmura al oído para que no la olvides, para que te empapes con sus palabras, para que no dejes de leerla.

Los designios del agua es un libro de poemas que te sumerge en palabras generosas, que te salpica de belleza, que disuelve en tu corazón gotitas de esperanza, lluvia de pasión, ríos de deseos, mar que puede ser una cárcel, océanos de aplausos después de leerte.

Los designios del agua es un poemario que espera nuestra mirada.

Los designios del agua, escrito por América Femat Viveros, una lectura imperdible para navegar en un barquito de papel y naufragar sin temor en aguas amigas.

Gracias América Femat Viveros, poeta mexicana, poeta Bellairosa, nacida en el estado de Hidalgo.

América Femat. (2022). Los designios del agua. Big Bang Ediciones. Casa Futuras Ediciones. Mineral de la Reforma, Hidalgo, México.

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