LUIS RAMÍREZ BAQUEIRO
“La mentira nunca vive hasta llegar a vieja.” – Sócrates.
Xalapa, Veracruz. La guerra sucia de la que los veracruzanos estamos siendo testigos, es en verdad la concentración evidente de una serie de conductas que la sociedad de dientes para fuera se dice no aprobar, pero que se presta ávida de morbo a escuchar.
Sorprende sobre manera como la descalificación por el origen de nacimiento alcanzase niveles tan peyorativos y hasta ridículos, avivando simplemente el fuego de un estúpido regionalismo a ultranza, como si en Veracruz, la sociedad no hubiera tenido gobernantes nacidos en otras latitudes.
El factor femenino de la ecuación evidenció también el altísimo nivel de machismo e intolerancia a la posibilidad de que una mujer encabece los esfuerzos por dirigir a Veracruz.
Si la pseudo oposición aglutinada en la Coalición Fuerza y Corazón por Veracruz, tuvo la osadía de descalificar a una de sus integrantes en la persona de la diputada local, Anilú Ingram Vallines, a la que literalmente orillaron a dejar las filas del PRI donde militó por cerca de 25 años, eso y mucho más están dispuestos a ejecutar.
¿Qué nos falta ver a los veracruzanos? ¿Qué más debemos tolerar como sociedad, en una campaña política, que con dichos y copias de documentos oficiales declarados, han hecho un escándalo en donde la disección del contrincante es parte de la película?
Valiéndose de un tercero, en la figura del ahora auto victimizado Arturo Castagné Couturier, -quien al ver que sus dichos no han causado mayor efecto que el de la culpa- resulta evidente la estafa, la engañifa.
Ahora solo porque las mentes retorcidas buscan continuar intentando alcanzar a la puntera en lo que verdaderamente les molesta, las preferencias electorales y en las encuestas, lanzan señalamientos de falsas cuentas en el extranjero, con base en mensajes de whatsapp que no tienen más sustento, ni mérito, que haber creado una imagen con datos y nombres de bancos en supuestos paraísos fiscales a nombre de la candidata Rocío Nahle García y su esposo José Luis Peña Peña.
También de la mano de la infamia, viene la calumnia, afirmar que más de 19 gasolineras forman parte del patrimonio personal de la aspirante a la Gubernatura de Veracruz, sin mayor sustento que pararse en vídeos afuera de una estación de servicio, con una copia de lo que queda de la Revista Proceso, resulta insultante.
Bueno asegurar que son parte del gran negocio y contubernio con los hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador, resulta tóxico.
Mientras tanto la sociedad habida de sangre observa, porque hay que señalar, que el grueso de la sociedad veracruzana, sabe y conoce el andar y las trayectorias de los que hoy disputan los encargos de elección popular, como buscar ganarse nuevos títulos nobiliarios.
Así que para el que ya fue caballero, le viene bien ser ahora barón, duque, conde. Pero como en México la constitución se los prohíbe, encontraron que lo más cercano sería, repartir las curules, y los cargos de elección popular.
De este modo, ahora toda la parentela apellidada Yunes, busca retornar por lo que la sociedad les arrebató y castigo, así que valerse de infamias bien vale la pena, por una gubernatura, senaduría y diputación pues porque no –piensan para sí mismos-.
Pero por increíble que parezca, la sociedad veracruzana, esa que se dice defensora de las libertades y los valores a ultranza, espera sangre, quiere, que cual circo romano, salgan ahora al ruedo del Coliseo, los tigres y los leones, para de alguna manera pretender acabar con su víctima, que hasta el momento se ha defendido y ha acabado con toda la retahíla de injurias.
Otro asunto que se vuelve factor de análisis, es como ese segmento que busca el poder por el poder, emplea el racismo y el clasismo como instrumento y mecanismo de pseudo convencimiento.
La molestia de que alguien pueda llegar a vivir en el mismo hábitat social es insoportable e insostenible, como va a venir alguien emanado del proyecto cuatrotero a codearse con nosotros, miembros del jet set veracruzano y nacional.
Nosotros que caminamos por la 5° Avenida de Nueva York en donde contamos con edificios y propiedades, o que tenemos un piso, casas y departamentos en Les Champs-Élysées de París, que contamos con residencia en principales las calles y plazas de Madrid “La Gran Vía”, el “Paseo de la Castellana”, la “Puerta del Sol” o el “Paseo del Prado”, o cuando menos departamentos en los host residenciales más exclusivos de Miami, no como creen.
No imposible, no por favor, no, que van a decir las señoras de la alta sociedad, esas que enviadas al café exprofeso gritaban desaforadas peor que señoras de las colonias populares “fuera, fuera, fuera” aun cuando después de ejecutar su mediocre, clasista y racista manifestación quedarán evidenciadas y desacreditadas a los ojos de toda la sociedad veracruzana.
Vendrá ahora nuevamente la aclaración de la propio Rocío Nahle, a la que esta clase de ataques le viene haciendo lo que el viento a Juárez, pero que seguramente habrá de dejar un precedente, porque llegado el momento, habrá que acudir a castigar a quienes se prestaron para tan vil y burdo montaje.
La infamia, el racismo y clasismo por ganar Veracruz ha quedado al descubierto, evidenciando la clase de valores y principios de la esperanzadora oposición –que vino más bien a defraudar- la buena voluntad de las y los veracruzanos que no han escuchado propuesta alguna de su parte, por el contrario, el nivel de toxicidad política ha escalado a un punto, que ya da nauseas verles y escucharles.
Mientras tanto, Rocío Nahle García continuará presentando su oferta política, sus propuestas, qué es lo que a los ciudadanos de bien les interesa, más beneficios sociales, más desarrollo económico e infraestructura, mejores hospitales y centros de salud, así como garantizar el abasto de medicamentos, más y mayores becas para estudiantes, son y serán los elementos que hacen la diferencia entre Tirios y Troyanos.
Al tiempo.
Twitter: @LuisBaqueiro_mx