ANÁLISIS A FONDO/ Odio Político

>> Todos, un “peligro” para México

>> Y la entronización de la violencia

FRANCISCO GÓMEZ MAZA. El odio embarga las insanas relaciones políticas de los mexicanos; la confrontación ideológica lleva tres años marcada por el odio.

El odio es la marca de las relaciones políticas desde que ganó la presidencia López Obrador, el “peligro para ´México”.

Lo advertí en un espacio, en 1918.

A AMLO, si ganase las elecciones, no lo van a dejar gobernar las derechas, los empresarios corporativos, los periodistas afectados por la nueva política de relaciones con la prensa.

En los medios de información y en los medios llamados de comunicación se destila odio. Los periodistas, en general, escriben con odio al Presidente.

La autoría de la ola de violencia en contra de los periodistas, los asesinatos, son endosados a Palacio Nacional. El asesino, gritan, es el Presidente, en última instancia por no poner especial atención a las investigaciones de los asesinatos.

Los opositores, en su delirio, se mueven, batallan, luchan impulsados por el odio que sienten por López Obrador. Panistas y priistas quisieran verlo muerto.

Otrora simpatizantes se contagian del odio y renuncian a seguir en las filas presidenciales. Ya no están de acuerdo con la política presidencial.

Pero también en el Palacio Nacional se destila odio.

Lo puede negar el presidente, pero su discurso es de odio.

Odio contra las empresas periodísticas que, cotidianamente, lo cuestionan con odio; ocio contra los periodistas que se burlan de él, que lo ridiculizan. Odio contra los opositores.

Se alimenta el odio entre los grupos, entre los partidos políticos. Morena, el mayoritario, el símbolo de la izquierda gubernamental contra las minorías de signos encontrados.

Inclusive en el seno de muchas familias se vive con odio. El padre es simpatizante de AMLO. La madre lo odia. Los hijos también divididos.

Dice el adagio que, del odio al amor sólo hay un paso. Pero esto no resulta verdadero en las condiciones en que viven los mexicanos en estos tiempos de odio.

Más bien, hay grandes peligros porque el siguiente pasó después del odio puede ser la violencia.

Y en una sociedad marcada por la violencia criminal, la ejercida por los cárteles del narcotráfico y la delincuencia organizada, la violencia política puede radicalizarse en confrontación intestina. Y los mexicanos podrían estar en el límite del odio.

Parece descabellado, pero no se puede descartar la violencia en medio del ambiente de odio ideológico, político, cuando se enfrentan dos modelos político-económicos de país.

De un lado, los trabajadores, las catervas de pobres, que jamás han tomado unas vacaciones de fin de semana en un hotel de lujo en Cuernavaca y menos en uno de Acapulco, o de Cancún, lo íconos del placer, del descanso, de la diversión.

Del otro, los mexicanos que pueden. Que pueden ir a un restaurante de opíparos platillos, o viajar de fin de semana a Nueva York. O ir de compras a las Galerías de París,

Pareciera entonces que los mexicanos tienen poderosas razones para odiarse.

A DESFONDO. En febrero de 2022 y con datos ajustados por estacionalidad, los resultados de la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM) mostraron que el personal ocupado total del sector manufacturero se incrementó 0.4% a tasa mensual… Con respecto a enero de 2022, las horas trabajadas aumentaron 0.3% y las remuneraciones medias reales pagadas, que incluyen sueldos, salarios y prestaciones sociales, ascendieron 0.5%… En febrero de 2022, a tasa anual y con cifras ajustadas por estacionalidad, el personal ocupado total creció 2.8%, las horas trabajadas 3.5% y las remuneraciones medias reales descendieron 0.9%.

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