>> A otros mares en otra nave
FRANCISCO GÓMEZ MAZA. La ruptura no se va a dar.
Ya está dada. No hay retorno.
El otro día les dije que la vida política del presidente López Obrador y la del senador Ricardo Monreal Ávila eran vidas paralelas.
Y más entre la dirigencia del Movimiento de Regeneración Nacional y el propio senador líder de la mayoría morenista en el Senado. Algo choca entre Mario Delgado, presidente de Morena, y el senador zacatecano. Y entre toda la dirigencia y Monreal.
Probablemente, AMLO y Monreal vayan por lo mismo, aunque no creo que la concepción que tiene el primero de la transformación sea la misma que tiene Monreal Ávila. Hay muchas diferencias profundas, teóricas, filosóficas, políticas, que no se zanjaron a tiempo. No vibran al unísono.
Pero así ha ocurrido siempre, aunque en el transcurso de un cuarto de siglo ambos hayan pretendido convivir en armonía política. Ambos han declarado buscar lo mismo. Es cierto. Van en armonía, mientras no se trate de lo fundamental.
Sin embargo, AMLO y Monreal son incompatibles. No pueden caminar de la mano. Siempre han sido como el agua y el aceite. Se juntan, pero no pueden mezclarse. Es también una lucha de personalidades muy fuertes.
El primero abandonó al PRI para clavarse plenamente en la izquierda partidista. Y se convirtió en el líder de los movimientos sociales, buscando porfiadamente la presidencia de la república, pero desde la esquina de una transformación radical de la vida pública nacional, la IV T. Y al final de cuentas, lo logró.
El zacatecano Monreal Ávila, por su parte, conservó su tinte, su estilo priista, muy particular. Un político muy profesional, formado en el priismo. No hay que olvidar que el zacatecano viene del PRI con el que se enemistó porque éste no lo nominó candidato a la gubernatura de su estado.
Monreal inició su trayectoria política en 1975 en el Partido Revolucionario Institucional (PRI); luego, entre 1998 y 2004 fue gobernador del estado de Zacatecas por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y, posteriormente, estuvo involucrado con el Partido del Trabajo (PT), coordinando la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador. Desde el 1 de septiembre de 2018 se desempeña como senador de la República por Lista Nacional y funge como presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) del Senado. Pero en el fondo vibra más con Movimiento Ciudadano que con su propio partido. Percibe el rechazo de muchos morenistas.
Monreal Ávila no comulga en lo fundamental con el Movimiento de Regeneración Nacional. Su concepción de los pobres es muy diferente a la que tiene López Obrador. Su concepto de apoyos sociales no es el mismo que tiene López Obrador. El zacatecano es proclive a la convivencia con las clases dominantes.
Entonces, no se puede pensar en que la ruptura empezó a darse ahora, No. Se dio desde hace mucho. Morena no es un partido para personalidades como la de Ricardo Monreal. Monreal tiene vocación de líder y su personalidad no puede aceptar estar por debajo de otro líder. Es un político de una marcada preponderancia. Monreal es como para líder de una alianza como Va por México, o como para Jefe Nacional del PAN., o como para fundador de su propio partido. La mayoría de las agrupaciones político partidarias le quedan pequeñas.
La coalición Va por México mandó a levantar una encuesta, y vaya que a Monreal no le son nada atractivas las encuestas, para medir el “factor Monreal”; es decir, el respaldo ciudadano que tendría ese bloque con el senador Ricardo Monreal fuera de Morena y como candidato opositor en las elecciones de 2024, publicó Política Expansión.
El levantamiento de la encuesta, cuyos resultados del ejercicio podrían presentarse en breve, coincidió con la advertencia de Monreal de que no participará en un proceso interno de selección del candidato presidencial morenista, si éste es por el método de encuesta.
Según acordó la mesa política de Va por México, que integran los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), el sondeo es para medir, en primera instancia, si se mantiene el apoyo –y exigencia– de la sociedad a una alianza opositora para enfrentar a Morena y sus aliados.
Hace unas semanas, Monreal declaró que él no se iría de Morena. Pero él sabe que ya no está en Morena. Ese matrimonio nunca funcionó.