ÁNGEL ÁLVARO PEÑA. El próximo 19 de mayo cumple tres años Verónica Hernández Giaddans al frente de la Fiscalía General del Estado de Veracruz y ante el tiempo de definiciones debe hacer un balance de sus actividades y responder a la confianza que le otorgó el pueblo de la entidad a través de sus representantes.
Así, las tareas que debe emprender de inmediato es revisar los expedientes de los presos de conciencia que hay en el estado y que el gobernador niega que existen en Veracruz, ver si han sido sujetos a juicio o sentenciados. Hay víctimas de su negligencia con más de dos años encarcelados sin proceso legal ni justo.
Después, practicar la tolerancia y ejercer la democracia y desarrollar las acciones necesarias para establecer el diálogo con los inconformes como es el caso de la población de Amatlán de los Reyes, quienes tienen tomada la presidencia municipal, en protesta por la construcción del Centro de Transferencia de Residuos Sólidos en el lugar, debido a que su contaminación afectará a los ciudadanos de la localidad que viven cerca de donde se planea ejecutar el proyecto, pues también hay escuelas en los alrededores.
La fiscal en lugar de iniciar el diálogo y establecer una negociación anuncia que al menos 17 pobladores, quienes fueron denunciados por las autoridades municipales tienen orden de aprehensión.
“Vamos a esperar qué resulta de la investigación y procederemos conforme a derecho”, afirmó, en lugar de iniciar el diálogo con los inconformes y si le faltan pretextos para desarrollar con claridad su trabajo aquí le ponemos en charola de plata un caso que debe ejecutar cuanto antes, porque si algo sobran en el estado son delincuentes que gozan de total impunidad, en detrimento de los derechos de la población, tal es el caso de Ricardo Lara, quien opera bajo la sombra de la familia Alemán, desde hace muchos años tiene el monopolio de las pedreras en la entidad, y que asegura lleva piedra a las obras del Tren Ligero, para lo cual quiere construir una carreta innecesaria.
Las piedras provienen de Tiahuatlán en cuyo trayecto a Tuxpan, viola los derechos laborales de los trabajadores afiliados a los sindicatos de transportistas, porque existen convenios de ocupación y desplazamiento que deben ser cubiertos por contrato, si no se utilizan los servicios de los agremiados. Y Lara ni ocupa a los trabajadores ni paga su desplazamiento.
Por otra parte, Lara presiona a campesinos para que los terrenos donde crea sus bancos de material como piedras, le sean vendidos a precios irrisorios, la intimidación empieza por la invasión de los predios donde descarga, invade con camiones y acumulan todo tipo de maquinaria y herramientas para obligar a los propietarios a venderle su espacio que es el patrimonio de sus familias.
Aquí es donde debe actuar la fiscal, pero se siente atemorizada porque Lara asegura tener mucho poder incluso con las nuevas autoridades de Comunicaciones y Transportes, lo cierto es que la mafia enquistada en esa dependencia parece no haberse salido totalmente desde varios sexenios atrás.
La actividad clandestina de Ricardo Lara implica una serie de delitos que tiene que ver con la carga de barcos que se llevan desde Tuxpan, materiales.
A Ricardo Lara también se le relaciona con lavado de dinero, robo de terrenos, malos manejos de dinero, tráfico de influencias, monopolios, evasión de impuestos, entre otras actividades.
Lara surge a la sombra de un ex funcionario de un gobernador, llamado Sergio Maya Alemán, a quien traiciona porque se vio favorecido con la amistad y complicidad del ex secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza.
Una de sus empresas de Ricardo Lara es Triturados Santa Clara, cuya casa matriz está ubicada en Carretera a Cobos Km. 6, La Victoria, Tuxpan, Veracruz, que le ha servido para triangular negocios ilícitos, desde tiempos de Gerardo Ruiz Esparza, a quien conoció por medio de la familia Braniff, en Tuxpan, Veracruz, vendió los terrenos donde ahora descargan los contenedores y creó empresas afines asociado con los Braniff, con la anuencia del entonces coordinador general de Puertos y Marina Mercante, Guillermo Ruiz de Teresa.
Lara asegura conocer a todos los funcionarios de la 4T, incluyendo a las autoridades portuarias, civiles y uniformadas, nadie lo duda a juzgar por el éxito de sus negocios florecientes. Posee, además, caballos finos, ranchos y con su compra venta lava grandes cantidades de dinero, en la entidad y otros estados.
Lara tiene en Veracruz la manera de realizar negocios ilícitos impunemente, como la enajenación de terrenos a los ejidatarios, en la zona de manglares, por si fuera poco, acaparó los terrenos de otros municipios vecinos, como Álamo, Cerro Azul y Tiahuatlán, para extraer basalto, que sirve para estabilizar las vías con el terraplén y que enviará todo en barco a Progreso, Yucatán, supuestamente para la construcción del Tren Maya.
Lara tiene un depósito de basalto a cinco kilómetros del recinto portuario de Tuxpan, donde se acumula el material, con camiones de otros estados para no pagar derechos y reducir costos, y n pagar a los operadores, y así llena sus depósitos de pedreras, para ser vendidos a través de prestanombres, porque en esa zona nadie cree en él, como está cerca del puerto y de las empresas que provee de material, optaron por comprarle a él su producto.
El descontento de los trabajadores, porque no quiere pagar las tarifas de Tuxpan, teniendo derecho a esta obligación. Esperemos que la fiscal reciba a todos con sus quejas y denuncias porque desde hace tres años tiene una política de puertas cerradas.
El buque Rolling Stones (Piedra rodante) realizó varios viajes al extranjero con basalto, pero la demanda de material detuvo esos traslados seguramente porque conocieron la poca seriedad de Ricardo Lara y sus empresas.
Este es un caso que Verónica Hernández debió investigar desde que llegó a la Fiscalía y no se sabe si no hace su trabajo por miedo o por complicidad.