CARLOS RAMOS PADILLA
En el tercer debate Sheinbaum pretendió pasarse de lista sin mostrar la verdadera lista incómoda. Sacó un cartoncillo para denunciar que hay más gobernadores priistas en la cárcel que en la administración pública, pero escondió el otro lado, el de su partido y aliados. Está “científica” que es apoyada por el Partido Verde y que ha permitido el ecocidio en el sureste nacional no dedicó tiempo a los suyos y confirmar que ningún morenista está tras las rejas y los personajes son varios y muy conocidos:
Manuel Bartlett acusado por ellos mismos de corrupto, a quien se le cayó el sistema, bajo sospecha de la muerte de Camarena y hoy señalado por enriquecimiento inexplicable.
Marcelo Ebrard, con la sombra de los muertos en el linchamiento de agentes federales en Tláhuac, en el antro News Divine, la donación de terrenos a Rioboo y la Línea 12.
Mario Delgado, con supuestas investigaciones de la DEA por vínculos con el crimen organizado, huachicoleo, financiamiento del narco a campañas de Morena y también en la compra de vagones de la Línea 12 del Metro.
Arturo Zaldívar, ex empleado de la Suprema Corte con acusaciones de presionar a colegas para cumplir con las órdenes (respetuosas) de López Obrador, abuso de autoridad y conflicto de intereses.
Yeidckol Polevnsky, recibiendo condonación de impuestos.
Cuauhtémoc Blanco, fotografiado con delincuentes y bajo amenazas del crimen organizado por incumplimiento
Omar García Harfuch, con antecedentes en Ayotzinapa y sin explicar el grave atentado que sufrió por parte, según informaron, del CJNG.
Alejandro Encinas, manipulando la “verdad histórica” de Ayotzinapa sin dar resultados de las investigaciones en más de 5 años.
Manuel Velasco y el desorden y violencia en Chiapas. Mensajero de amlo para intimidar a “alito” su “hermano”.
Florencia Serranía, por los múltiples accidentes y muertes en el Sistema de Transporte Colectivo Metro.
Delfina Gómez, señalada por las autoridades como delincuente electoral y malos manejos en la SEP y quien permite el uso de recursos públicos para hacer proselitismo y censura en radio y TV del sistema público canal 34.
López Gatell, por negligencia criminal durante la pandemia.
José Ramón López Beltrán, por el negocio de chocolates, propiedades en el sureste y la Casa Gris
Andrés y Gonzalo López Beltrán, por los audios que los vinculan al negocio de implementos para el tren maya, sobornos a miembros del Ejército Mexicano e irregularidades dentro del sector salud.
Alejandro Gertz, por la deformación legal en casos que involucraron a Onésimo Cepeda y Alejandra Cuevas.
Dolores Padierna y el atentado contra el Lobombo.
Epigmenio Ibarra y sus contratos millonarios, créditos especiales y presunta evasión fiscal.
Rocio Nahle y su presunta exagerada corrupción y enriquecimiento inexplicable.
Layda Sansores y el crecimiento del “cartel Inmobiliario” en Álvaro Obregón y el uso del presupuesto del senado para su embellecimiento personal.
Norma Otilia Hernández, Presidente municipal de Chilpancingo desayunando con supuestos miembros del crimen organizado.
Horacio Duarte, bajo serías y graves sospechas en Aduanas, el Jumbo boletinado como terrorista que partió de México rumbo a Sudamérica con un cargamento y pasajeros no reportados y el trasiego de fentanilo por la porosa línea divisoria con USA.
Claudia Sheinbaum, quien disfrutó en Europa los beneficios económicas de las dádivas de Carlos Ahumada a su exmarido Carlos Imaz, y los muertos en el Colegio Rébsamen y la línea 12 del Metro además de dejar a la CDMX en crisis ambiental y de agua..
Ninguno preso, muchos premiados con candidaturas y todos, si todos, bajo la sombrilla de la impunidad.
Además, triste caso, Claudia Sheinbaum lleva las mismas siglas, CS, que el innombrable (Carlos Salinas). Cosas del destino