EL SÍMBOLO TRICOLOR
Esa declaración de amor
no la merece cualquiera,
los de adentro y los de afuera
pertrechados con valor
lo hicieron ante la bandera.
El zócalo lucía mocho
sin la bandera, afloró un resabio
por el mal llamado agravio
montado en mil novecientos sesenta y ocho
con todo y el desagravio.
Era un plantón en la huelga
que querían desprestigiar,
Gobernación mandó izar
la bandera rojinegra
y a los jóvenes culpar.
Pero, hoy, se izó la bandera,
volvió el alma al cuerpo
se esfumó el ánimo incierto
entre todos los de afuera
y el zócalo abierto.
Rafael López Jiménez/ 19 – V – 2024