MUJER Y PODER/ La Violencia en Palacio y los Agravios a las Mujeres

NATALIA VIDALES DE BITTERLIN

SemMéxico, Baja California. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha mostrado, de forma sistemática, una total insensibilidad para los ciudadanos que lo han buscado en demanda de justicia y de atención en temas de la responsabilidad del mandatario.

En materia de salud, por ejemplo, recordamos la respuesta que dio a las madres que exigían públicamente el medicamento suspendido a sus niños con padecimiento de cáncer.  A lo que contestó -en su tribuna mañanera- lo que es su costumbre: que no era verdad; y entonces fue necesario que algunos padres de familia llevaran en brazos a sus hijos -visiblemente afectados por la enfermedad- para que se entendiera la gravedad del problema por las quimios suspendidas.

Y esa actitud de puertas cerradas y oídos sordos a los padres, familiares y compañeros de los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa ocasionó   -el pasado miércoles marzo 6- la reacción violenta, daños e irrupción al Palacio Nacional por familiares y amigos de los estudiantes, algo que se pudo haber evitado si no se hubiera dejado tanto tiempo tapada la olla y aumentando la presión de los inconformes.

Aunque no estamos hoy, ni lo hemos estado en el pasado, a favor de la violencia -por más legítimas que sean las razones-, en este caso específico el presidente abonó  al hartazgo  de los deudos de los jóvenes ante la desidia oficial,   desesperados por saber lo que sucedió a sus hijos hace ya casi diez años.   Han tenido paciencia, mucha paciencia por una respuesta que no llega -ni en el pasado ni en este sexenio como se les prometió. Las puertas de Palacio se cerraron cuando tan fácil que hubiera sido que el presidente aceptara el diálogo con ellos…que han sufrido tanto.

La indolencia, la falta de empatía, la insensibilidad ha estado a la vista y fue necesario ese acto de furia para que por fin se aceptara dar una cita a los representantes del grupo… con el secretario de Gobernación.

¿Sería tan difícil que el propio presidente mostrara empatía y abriera las puertas para escuchar a estas familias desesperadas? No entendemos por qué los gobernantes en general no escuchan las demandas de los ciudadanos, sobre todo las de justicia, cuando llegan al poder.  Se olvidan por completo de que parte de su deber es escuchar y atender sobre todo a quienes han sido víctimas de un crimen tan grande como el ocurrido a esos estudiantes.

Con la agresión a las puertas de Palacio, la rabia de tantos mexicanos lastimados por un gobierno inepto, corrupto e insensible se ha destapado. La gente no aguanta más y parece ser que en las oficinas de Palacio Nacional no se han enterado porque hoy, ante este suceso violento, el presidente responde echando más leña al fuego, como lo ha hecho en otros casos: amenazando, culpando, denostando, minimizando e incluso azuzando a los padres al mandarles un mensaje -en sus mañaneras, claro-  de que vayan a todos los mítines de todos los candidatos a manifestarse.

Con tales actitudes… las cosas empeorarán peligrosamente cuando pudieran evitarse si se diera un diálogo abierto e información veraz y oportuna para quien lo requiera.

Igual que en otros casos –como dejar de ir con las personas afectadas por el ciclón en Acapulco, o con las víctimas de la violencia en otros lugares– el presidente evita  atender y salir en las fotos con los quejosos para no desdorar su imagen, creyendo  que así  –como quien pretende tapar el sol con un dedo—nadie se  dará cuenta…hasta que le tumban la puerta de su Palacio para ser escuchados.

Hoy que se celebra el Día Internacional de la Mujer lo que hemos recibido del presidente es indolencia para las mujeres: para las madres buscadoras, para las mujeres que protestan por violencia, las que piden medicamentos, las que demandan seguridad en sus colonias.   Definitivo: no hay motivo para celebrar.

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