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MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS
No veo cómo el presidente López Obrador vaya a perder el poder. Sus 18 años en el campo de combate lo prepararon para que no sólo llegará a palacio nacional, sino que una vez que el cronograma sexenal termine, su sombra se mantuviese recorriendo los pasillos. Zorruno, perverso, rayando en la psicopatía, es que se tomó el tiempo para ir poniendo de rodillas a la clase política entera, hizo de la oposición un costal de box, los fue desarmando a punta de investigaciones, de carpetas, de amenazas, para eso ocupo a la fiscalía, a la UIF, el templete de las mañaneras monopolizo todo tipo de debates, el los inventaba, el los acababa.
Lo dije hace algunos años, muy al principio de su administración, López Obrador utilizó los mismos ingredientes que ocupo Hitler para encender a una Alemania y llevarla al infierno de la segunda guerra mundial, el odio ha sido la mejor gasolina para extinguir la racionalidad.
López Obrador es un operador de emociones, hizo explotar el descontento de millones y utilizó como bacinica a la clase media alta, revivió a los conservadores del siglo XIX, focalizó su odio en contra de los periodistas, de todo aquel crítico que lo cuestionara.
Su mayor éxito es haber utilizado como abono a los pobres, una variante de animalitos de corral, domesticados, alimentados por la vía de tarjetas bienestar. ¿Cómo se puede pelear en contra de alguien que regala dinero?
Y los que creíamos actores secundarios, los narcos, ahora son parte de la decisión no solo sobre la vida y muerte, sino de las boletas …López Obrador constituye un fenómeno difícil de explicar para los ojos entrenados de la academia, de la psicología, todo un caso para su posterior publicación en tratados, pero en realidad se funda en una muy reconocida raíz nacional ,propia de las naciones que fueron educadas desde la emoción y el miedo, del vasallaje y el conformismo. Se nos olvida que cada seis años vivimos el milagro del renacimiento, del nuevo mexicano, una nueva oportunidad para que la pobreza se termine y la corrupción desaparezca, aunque eso jamás ocurra , es la aceptación de la mentira , como la de la esposa engañada que jura que su marido algún día cambiará .
No, esta trama no la dictarán las candidatas, el baile es de uno solo.
López Obrador, tiene, como pocas veces un nivel de concentración de poder muy difícil de contrarrestar y no porque su augusta figura sea sobre humana, sino por que supo ir poniendo frente a la pared a todos y cada uno de sus adversarios. López Obrador no es honesto, es igual o peor de corrupto que sus antecesores, solo que hizo de su presidencia una auténtica maquinaria de tortura. Así, se ve muy complicado que una derrota se le presente.
Y en la acera de enfrente, en la oposición, en las líneas enemigas no terminan de entender que mientras no motiven una respuesta apropiada para el grueso de mexicanos que desde la banca ver el espectáculo, mientras no se entienda que amlo es un fenómeno de emociones y se combata de la misma manera, ellos, ella, la opositora estarán perdiendo el tiempo tratando de darle al blanco .
