MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS
Un viejo agente de la DEA lo sentenció de esta manera:» a menos de que logres convencer al 20 por ciento de la población gringa que consume drogas para que dejen de hacerlo, nos queda administrar -negociar – con los traficantes buscando que existan equilibrios, pactos, acuerdos y aunque sean rechazados en público, son más comunes de lo que la gente puede imaginar «.
El árbol de la violencia no nos deja ver el bosque, así ha sido en las últimas décadas cuando hablamos del narco, una actividad que se reduce a la brutal naturaleza de sus actos, pero que no solo no se logra erradicar, sino que avanza, se potencia y ha llevado a México a vivir con miedo… eso ya lo sabemos. Ninguna cantidad de muertos o desaparecidos es suficiente para provocar una verdadera sacudida del estado mexicano y no solo porque no pueden y no lo desean. El narco penetró en casi todas las capas del estado, cientos de políticos están atados por complicidades económicas.
El propio presidente López Obrador, ganó para la historia la etiqueta de ser el protector del cartel de Sinaloa, y ello no afirma que su mandato este en la nómina de los chapitos, sino que tomó decisiones muy convenientes para mantener el delicado hilo de la tranquilidad o algo mucho más pragmático, que los de Sinaloa le ayudasen a combatir a los contras, a los más violentos …y no hay que estar repitiendo que el país es disputado por los del CJNG y el cartel de Sinaloa.
Fuera de la estridencia provocada por el poder de los criminales, debemos enfocar el horizonte y preguntar: ¿Cómo se recupera la paz nacional? Si escuchamos las voces que exigen el actuar de los militares nos vamos a topar con cientos de miles de muertos más y del furibundo ataque de los obtusos que acusaran a los soldados de violaciones a los derechos humanos, un guion que ya hemos leído…restablecer el estado de derecho costaría muchas balas, mucha sangre …y los carteles nunca van a responder con flores ni abrazos.
Queda la vía de la negociación, la concreción de pactos entre el gobierno, sea representado por Claudia o Xóchitl y los principales líderes de los carteles…las buenas conciencias gritarían si algún día se hiciera público este tipo de conveniencias ,pero siempre han existido…no es muy diferente en los EUA ,solo que allá se pactan con los lava dólares, se institucionalizan las ganancias y la bolsa de Nueva York celebra las ganancias billonarias…¿ Que camino le queda a naciones como la nuestra ? La Pax narca, entenderse con el menos violento, con quién esté dispuesto a no incendiar el país. Y parece que tienen un buen negociador con el Mayo Zambada, un personaje del tamaño de aquellos capos de la mafia italiana, que entiende la naturaleza de ese «negocio » pero que no comparte la idea de «matar la gallina de los huevos de oro» provocando que el país se convierta en una zona de guerra.
Entonces, ¿Por qué no pensar en un escenario en dónde se busque aplacar a los que bañaron de sangre a México? Digo, todos son criminales, asesinos, pero algunos llevaron a niveles grotescos sus acciones …lo que antes no ocurría de meterse con la población o asesinar a niños y mujeres ocurre o elevar el secuestro o la extorsión a niveles absurdos.
México, así como está, no resistiría, ya no digo seis más, sino un par de años por esa ruta…y la salida es absolutamente contraria a las buenas conciencias, pero necesaria ante la gravedad de las cosas: pactar con el cartel menos malo parece ser lo más conveniente.
Veamos la historia de Colombia, así resolvieron, con la ayuda de los EUA el terror en el que vivían tras años de disputas entre los carteles de Medellín y Cali…y no acabaron con el narco, solo replantearon su naturaleza y la lógica del negocio.
Si, esta verdad es muy incómoda, pero para México es la vía inmediata .