ROBERTO VIZCAÍNO
El objetivo de Andrés Manuel López Obrador es absolutamente electoral. Lo hace con 20 propuestas concretas. Algunas son efectivamente reformas constitucionales profundas que simplemente no pasarán por falta de mayorías y tiempo en el Senado y Cámara de Diputados y otras sólo necesitan de sus bancadas y algunas más sólo requieren de sus decretos directos.
Las 20 propuestas lo que buscan, inocultablemente, es impactar mediática y electoralmente en sectores específicos a fin de que esos votos vayan a su candidata Claudia Sheinbaum.
Se trata de embabucar incautos. Su deporte favorito.
Lo que evidencian con toda claridad esas 20 propuestas es su gran miedo a la derrota de su proyecto. La obviedad indica que AMLO sabe y siente que su candidata no ganará el 2 de junio próximo y echa a andar un mecanismo de propuestas urgentes cacha votos.
Incluso plagia sin el menor rubor algunas de Xóchitl Gálvez candidata presidencial del PAN, PRI, PRD y sociedad civil.
Con el título rimbombante -uno de esos que le encantan- de “Las Reformas del Pueblo” (nomás le faltó agregarle “del pueblo bueno”), lanzó las siguientes 20 iniciativas que desde ayer fueron a la Cámara de Diputados:
– Reconocer a los pueblos indígenas y afromexicanos como sujetos de derecho público, atendiéndolos de manera preferente por ser los habitantes más antiguos y, sin embargo, los más olvidados de México. Se les consultará sobre obras y proyectos, y se les dotará de personalidad jurídica para que puedan recibir recursos del presupuesto. (Esta exigencia la ha reclamado Xóchitl Gálvez y promovido desde el sexenio de Vicente Fox).
– Rebajar de 68 a 65 años el derecho a recibir la pensión a adultos mayores y aumentar el monto cada año; las personas con discapacidad recibirán un apoyo universal. (Xóchitl Gálvez dice que si ella gana bajará la edad a los 60 años).
– Otra es becar a estudiantes de familias pobres en todos los niveles de escolaridad. (Esto ya existe desde otros sexenios).
– Establecer la atención médica universal gratuita. Esto existía ya con el Insabi que él canceló.
– Que los trabajadores y familias puedan ser dueños de sus viviendas. (Pues esto ya existe a través de los diferentes sistemas como Infonavit, Fovissste y programas estatales y gremiales).
– Prohibir el maltrato animal. (Hasta una incipiente Ley existe ya).
– Proscribir en el territorio nacional la extracción de hidrocarburos mediante fracking, no otorgar concesiones para la minería a cielo abierto. (Tema complicadísimo porque el T-MEC lo impulsa)
– Uso restringido del agua a lo domestico en zonas con escasez del líquido.
– Prohibir el comercio de vapeadores y de drogas químicas como el fentanilo, penalizar con severidad el delito de extorsión de la delincuencia organizada, lo mismo con el delito fiscal ejercido por la “delincuencia de cuello blanco” mediante factureras. (Un paquete penal sin pies ni cabeza)
– No permitir que el aumento al salario mínimo sea menor a la inflación anual y que maestros de educación básica de tiempo completo, policías, guardias nacionales, soldados, marinos, médicos y enfermeras no sea menor a lo que perciben los trabajadores afiliados al seguro social.
– Reforma a fondo de pensiones abrogando todas las anteriores para garantizar un ingreso 100% a trabajadores. Se compromete a crear un fondo semilla de 64.619 millones de pesos, que crecerá paulatinamente “para compensar a los trabajadores afectados por las reformas antilaborales del periodo neoliberal».
– El Gobierno contratará y dará un salario mínimo durante un año a jóvenes sin estudios ni empleo mientras se forman en talleres, empresas o el campo, «tal como opera actualmente el programa Jóvenes Construyendo el Futuro». (O sea, es algo que ya existe)
– Los campesinos que cultiven tierras sembrando árboles frutales y maderables contarán «con un jornal justo y permanente», como en el programa Sembrando Vida; los campesinos y pescadores seguirán recibiendo apoyos del programa Producción para el Bienestar; se continuará el programa Precios de Garantía. “Que coman los que nos dan de comer”. (Otro programa que ya existe)
– Los 18.000 kilómetros de vías férreas concesionadas y en uso para el transporte de carga se usarán para el transporte de personas. Al mismo tiempo -operado por la CFE- el gobierno garantizará internet privado o público para todos los mexicanos.
– Va otra vez una iniciativa para una reforma electoral que corte el financiamiento a campañas y partidos políticos; recorte el número de regidores en ayuntamientos, desaparezca pluris en Diputados y Senadores frdaparezca el INE y de vida a otro organismo con menos consejeros y personal. Y bajaría de 40% al 30% el número de participantes en consultas populares para hacerlas válidas y vinculatorias, esto también aplicará en el caso de la revocación del mandato.
– Jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial, sería electos por voto popular.
– Y la Guardia Nacional pasaría al control y mando de la Sedena.
– Ningún funcionario ganaría más que el Presidente.
– Y sería eliminadas todas las dependencias y organismos onerosos y elitistas “supuestamente autónomos”.
Todo esto lo propone para ser tramitado en los siguientes meses de febrero, marzo y abril y al parejo de la campaña electoral más grande que haya tenido México, comenzando por una disputa sin precedentes entre el oficialismo Morena, PT y Verde y la oposición integrada por PAN, PRI y PRD junto a sociedad civil.
Y sobre todo cuando los coordinadores de los grupos como Ricardo Monreal, Rubén Moreira, Alejandro Moreno, Carolina Viggiano, y las presidentas de las dos cámaras, Ana Lilia Rivera y Marcela Guerra y quizá cientos de otros legisladores buscarán sus respectivas reelecciones.
Como dijera mi querida abuela: pura boruca con estas 20 propuestas del presidente López Obrador. Nada que pueda tomarse en serio.
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