Reflexiones del final

DULCE MARÍA SAURI RIANCHO*

SemMéxico, Mérida, Yucatán. Seguiré con el compromiso, amig@s lector@s, de pintar estos últimos días de 2023 con las pinceladas de la memoria, aquellas que pueden traer al presente algunas cuestiones útiles de recordar cuando buscamos asideros para transitar hacia el futuro.

Ayer. Felipe Carrillo Puerto permanecía prisionero en la Penitenciaria Juárez de la ciudad de Mérida desde el 21 de este mes, una vez que concluyó su traslado desde Chiquilá, custodiado por un destacamento a las órdenes de los militares infidentes que se habían apoderado del gobierno de Yucatán. Las horas pasaban y las numerosas gestiones de parientes y correligionarios caían al vacío.

A los problemas de comunicación, sujeta entonces a un telégrafo que podía fácilmente ser interrumpido, se sumaban diversos intereses que, sin expresarse claramente, celebraban las vicisitudes del primer gobernante socialista de Yucatán.

¿Qué pensaría Felipe Carrillo Puerto tras las rejas de su prisión? Tomo la osadía de pretender intervenir en las reflexiones de un hombre que, a sus pocos más de 49 años, había sufrido cárcel, persecución, exilio. Su sello único e irrepetible era su enorme compromiso con el pueblo maya. Su lengua dominó su mensaje inaugural como gobernador constitucional el 1o. de febrero de 1922.

Pero no fueron solo palabras pronunciadas en el idioma aprendido en su infancia y predominante en su natal Motul. Fue su vocación de organizador popular, de quien reconoce que solamente el empoderamiento de los desposeídos puede generar la transformación social. Y que la educación es el único y verdadero camino del cambio duradero y profundo, el del largo plazo que modifica conciencias y acerca a la libertad. Por eso la apuesta inicial de su gobierno por la “educación racionalista”, la que integra razón, experiencia y práctica, la que llega a la infancia sin distinción de género.

Las mujeres en su balance de esos días. Quizá Carrillo Puerto consideró los obstáculos con los que se había topado en los 21 meses de su gobierno, muy especialmente en torno a la igualdad de las mujeres. Me imagino sus cálculos cuando midió las resistencias al interior de la propia organización política que él encabezaba, el Partido Socialista del Sureste, para realizar los cambios a las leyes y hacer posible el voto de las mujeres.

Ante la cerrazón de sus correligionarios, decidió imponerse y ordenar la presentación de candidaturas femeninas, primero al Ayuntamiento de Mérida, encabezado por su amigo Manuel Berzunza, y luego, en noviembre de 1923, al Congreso del estado de tres mujeres, una de ellas su hermana Elvia. Ella, la número 5 de una numerosa familia, había emprendido sus propias tareas de organización femenina a través de las Ligas de Resistencia.

Ella había impulsado la educación para regular el número y el espaciamiento de los hijos entre las mujeres, muy particularmente las campesinas mayas. Ella y sus compañeras de causa abrieron debate sobre el “amor libre”, que escandalizó a las “buenas conciencias” de la sociedad yucateca. Siempre y en todo momento con el incondicional apoyo de su hermano Felipe.

La organización popular. Las noches oscuras de la celda pueden haber traído a la memoria del gobernador Carrillo Puerto su trabajo constante para organizar al pueblo, no solo a los obreros, sino al campesinado maya y promover su participación en las decisiones colectivas. Las Ligas de Resistencia fueron la forma organizativa que se expandió por todo Yucatán, llegando a contar con más de 50,000 afiliados.

En los “Lunes Rojos” se revisaba la actuación de las autoridades municipales, cuando la asamblea tenía poder incluso para destituir al funcionario incumplido. Y los “Jueves Agrarios” estaban dedicados a la revisión de la producción y al reparto de las tierras, que avanzaba a pie firme con más de 650,000 hectáreas distribuidas hasta ese infausto diciembre. Este enorme ejército civil carecía de armas para defender el proyecto socialista de Yucatán. Nunca las obtuvieron, a pesar de los reclamos y de contar con los recursos para adquirirlas. ¿No hubo tiempo?

El reparto de las tierras. ¿Habrá considerado Carrillo Puerto el impacto de su determinación de impulsar la Ley de Tierras Ociosas, aprobada el 28 de noviembre y publicada el 11 de diciembre, en vísperas de su salida hacia la costa yucateca? Por primera vez existía una amenaza real sobre los hacendados henequeneros —amigos y enemigos— de afectar sus tierras, si éstas permanecían “ociosas”.

Para la calificada como “Ley del despojo”, no existían superficies en “descanso”, dedicadas a la recuperación de la tierra para sembrarla nuevamente de henequén después de algunos años.

Es difícil especular sobre las razones que llevaron al gobernador Carrillo Puerto a la adopción de una medida tan polémica, incluso se le atribuye que fue la razón de su ejecución sumaria.

Los amigos. Desde temprana fecha, Carrillo Puerto manifestó su apoyo a la candidatura presidencial de Plutarco Elías Calles, secretario de Gobernación. Junto con él habían creado la Compañía Explotadora del Petróleo, S.A. en 1921; habían obtenido concesiones de exploración para competir con las empresas extranjeras en la búsqueda de petróleo en territorio peninsular.

En esas horas de desolación, el gobernador puede haber recordado su viaje hasta la hacienda de Soledad de la Mota, en Nuevo León, en agosto de 1923, donde se adhirió a su proyecto presidencial. ¿Por qué Calles no contestó oportunamente a sus reiteradas demandas para armar a los miles de socialistas yucatecos en defensa de la Revolución?

¿Se habrá sentido Carrillo Puerto abandonado, incluso traicionado por quienes confiaba? ¿O pudo en ellos más el temor del surgimiento de una fuerza armada en el sureste de México que, con la riqueza del henequén, pudiera disputarles el control nacional del poder?

Las instituciones. En sus reflexiones nocturnas, ¿habrá surgido en Carrillo Puerto la preocupación por su legado, por una obra en pleno proceso de implantación, en la que su figura era puntal y referente único? ¿Habrá medido el alcance del “poder de un solo hombre” y los riesgos que se corren cuando éste desaparece, sin instituciones que garanticen la continuidad de los cambios por los que da la vida?

Hoy. “Disturbios en Tabasco. Oleada de actos de violencia en diversas ciudades tabasqueñas. Motines en cárceles. Balaceras y asaltos”.

Son algunos encabezados de la prensa de estos días ante los acontecimientos de la noche del 22 pasado. Se recrean hechos que, desgraciadamente, se han presentado en el norte y centro del país, nunca en la región sureste. Hasta ahora. ¿Qué sigue?

Mañana. En cinco días comienza 2024. Desde su inicio, su cauda política nos habrá invadido, primero con la visita de Claudia Sheinbaum (curioso, el Día de los Inocentes) y la próxima de Xóchitl Gálvez. Vienen definiciones de candidaturas municipales y al Congreso. El tiempo de las alianzas se agota, aunque traten de estirarlo hasta el final.

“Próspero”, de acuerdo con la definición de la Real Academia Española, es “favorable, propicio, afortunado, venturoso, feliz, floreciente, fértil, progresivo, triunfante”. Próspero Año Nuevo para ustedes, sus familias y el pueblo de Yucatán.

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*Licenciada en Sociología con doctorado en Historia. Exgobernadora de Yucatán

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