JUAN CHÁVEZ
Samuel García, el exgobernador de Nuevo León, metió a la entidad en un galimatías jurídico por su necedad de que su secretario de Gobierno quedará como gobernador interino.
Para la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis Orozco, designado interino por el Congreso Local, es el auténtico gobernador de la entidad y la licencia que Samuel solicitó no “por seis meses”, sino “hasta”, empezó a correr en el primer minuto del sábado 2 de diciembre.
Él la solicitó “hasta por seis meses”, para salir a su correría en la elección federal por la Presidencia de la República. Y estuvo en la precampaña por 11 días, en los que llegó afirmar que en las encuestas ya había rebasado a Xóchitl Gálvez que galopa en el segundo lugar, tras la candidata oficialista Claudia Sheinbaum.
Pero el mismo sábado, saltándose al Congreso Local, Samuel publicó en el Diario Oficial del Estado, hasta por dos veces, una con la falsa fecha del 1 de diciembre, su retorno a la gubernatura porque ni a su secretario de Gobierno se le concedió la figura de “encargado del despacho”.
Regresó al despacho de Gobierno, ya “sin licencia según él” para volver a despachar como mandatario.
La crisis se desató: Nuevo León tuvo y tiene dos gobernadores. Y la crisis, desde el mismo sábado, trascendió las esferas nacionales.
Dante Delgado, el dueño de Movimiento Ciudadano, se quedó sin la ficha en la liza presidencial que el señor de Palacio Nacional le impulsaba para socavar la figura de Xóchitl.
Samuel, en sus 11 días como precandidato presidencial, atacó al empresario Claudio X. González y a Xóchitl. Cumplía el papel que le encomendó López Obrador.
Si García hubiese rechazado la licencia antes del 2 de diciembre, hubiera bastado una comunicación al Congreso de Nuevo León manifestando que se desistía de su solicitud. Por el contrario, si hubiera hecho uso efectivo de la misma, el simple transcurso del plazo de seis meses sería suficiente para que reasuma el cargo de gobernador. Sin embargo, no estamos en ninguno de los dos casos.
Su licencia empezó a correr y se convirtió en gobernador con licencia.
Después de toda la tormenta, que García y su equipo hicieron como si no hubiera pasado nada resultará contraproducente y sus acciones durante estos días les podría acarrear algún tipo de responsabilidad de carácter penal.
Este lunes, Luis Enrique Orozco anunció que renuncia al cargo de gobernador interino en Nuevo León.
Orozco indicó que con esto busca darle gobernabilidad a Nuevo León y que deja en manos del Congreso el trámite de la reincorporación de Samuel García.
¿Quién sabe cómo vaya a responder el Congreso de mayoría panistas y priistas y que ha sido el que ha parado en seco las aspiraciones presidenciales de Samuel García?
De cualquier forma, la renuncia de Orozco es un paso positivo en el alivió de la crisis que convirtió a Nuevo León en un galimatías jurídico.