FRANCISCO RODRÍGUEZ
Reírnos de quienes dicen ser políticos quita a éstos parte de la importancia que creen tener y merecer.
Estos singulares personajes de todos los partidos políticos brindan material cotidiano a los cartonistas, quienes con ingenio y unos cuantos buenos trazos plasman opiniones que a los escribidores nos lleva teclear cuartillas y más cuartillas.
Son también el germen que produce decenas, cientos, miles de memes que corren a gran velocidad en las redes sociales.
El humor permea la política y, sobre todo, al poder. Los políticos, ya sea como candidatos o gobernantes, de vez en vez echan mano de chistes, exageraciones o situaciones absurdas para conectar con los ciudadanos, pero sobre todo con sus audiencias, que los siguen de cerca por televisión y redes sociales.
La risa les permite conectar con el público y los hace ver humanos, más cuando se ridiculizan a ellos mismos.
El caso prototípico es el regiomontano Samuel García, un producto netamente mercadológico de quien hoy es su esposa, Mariana Rodríguez.
Aunque también hay quienes involuntariamente arrancan carcajadas, como es el caso del presidente Andrés Manuel López Obrador, de quien la mayoría hace mofa ya por sus disparatadas ocurrencias, ya por las “ideotas” que expone en sus matinés. Aunque no haga chistes, resulta absolutamente ridículo.
Son decenas los payasos que asoman cada tres años con motivo de las campañas políticas.
Son payasos, no son políticos.
Y es que, más que políticos con un sentido del humor inteligente, parecen una caravana de payasos y bufones que han puesto en ridículo el ejercicio de los cargos de elección popular.
Y así es como los medios y las redes se llenan de ridiculeces tales como la del alcalde de Cuajimalpa, Adrián Rubalcava, quien en una rabieta renuncia a su militancia priísta para, tras pensárselo dos veces, dice que no, que espérenme tantito, que es una pausa a dicha membresía nada más.
Lo secunda en su berrinche la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, y amenaza con dejar que ningún político traspase los límites de la demarcación a su cargo. Pero, ¿cómo va a impedir que AMLO reingrese a Palacio Nacional? ¿O qué Martí Batres llegue a despachar en el Viejo Palacio del Ayuntamiento? Y los senadores ¿a qué sede alterna los piensa enviar a grillar y a sesionar? De carcajada, pues.
Para reírse, también, pero de pena ajena el episodio protagonizado apenas por la señora Clara Brugada en el noticiero radiofónico de Joaquín López-Dóriga. Impuesta por el dedo, quiso imponerse al conductor cuando éste le recordó que había perdido la encuesta para elegir candidato a la jefatura gubernamental de la capital del país. El resultado fue que la morenista de auto disminuyera todavía más.
¡Cómo nos seguiremos divirtiendo!
Mientras México se va lentamente al carajo.
¿No cree usted?
Sheinbaum, la soñadora
Durante las campañas políticas, asimismo, los propagandistas de uno y otro bando usan a los sueños para forzar la historia con el pulso de la premonición mediante una visión, más o menos espontánea, que cobra valor de profecía.
Claudia Sheinbaum no ha escapado al embrujo y hace unos días reveló que tiene sueños. Diecisiete, para ser precisos.
Impedida de hacer propuestas por ser legalmente precandidata –aunque todos sabemos que su papel ya es el de candidata formal de Morena desde hace por lo menos un par de años–, sus redactores de discursos recurrieron a la figura onírica para enmascarar sus pretensiones en caso de obtener el triunfo en las elecciones del próximo junio.
Sheinbaum ha hablado de sueños en otras ocasiones.
A mediados de mayo, por ejemplo, en una de sus llamadas conferencias magistrales dijo a los oaxaqueños que “nadie puede parar los sueños del pueblo de México; nadie puede parar los sueños de una mujer mexicana”.
Y esa mujer mexicana es, por supuesto, Claudia Sheinbaum.
En esta precampaña y en la próxima campaña la “corcholata” favorecida por AMLO no dejará que destruyan su sueño burocrático. Porque para ella la política sin puestos y sin contratos no es un sueño, sino una pesadilla.
¿No cree usted?
Indicios
También producto de un sueño antes de ir a la cama es la “farmaciototota” de López Obrador, según reveló él mismo en una de sus diarias apariciones ante youtubers y uno que otro reportero. Originalmente, hace aproximadamente seis semanas, este escribidor tuvo información de que, luego de que al médico que aparentemente encabeza la Secretaría de Salud, Jorge Alcocer, su jefe le rechazara la propuesta de que se estableciera en El Arenal, fue que los principales accionistas de las tiendas departamentales Liverpool, encabezados por Max David Michel, pusieran a disposición de la Administración Federal un par de enormes bodegas que habían construido en Huehuetoca con motivo del cúmulo de compras on-line que tuvieron durante la duración de la pandemia, y que dejaron de usar cuando la clientela volvió a sus tiendas. Hace seis semanas se elogiaba a los generosos accionistas, pues se trataba de un comodato a título gratuito. Pero ahora resulta que, según se ha dicho en otros espacios, a la empresa privada los cuatroteros ya le pagaron el 10 % del precio de los inmuebles. Raro, por decir lo menos, ¿verdad? Porque no quiero pensar que por ahí haya un funcionario cercano al Presidente o incluso un familiar que, también, saque raja económica de este que será un nuevo fracaso de López Obrador, porque el problema no radica en el almacenaje, sino en su distribución. * * * Tienen razón quienes sostienen que la captura de Néstor Isidro Pérez Salas alias El Nini, en Culiacán, no fue fortuita, sino producto de las negociaciones que la semana anterior sostuvieron los ejecutivos de China y Estados Unidos con el de México, en cuanto al freno del tráfico de fentanilo. El detenido fungía como jefe de escoltas de Los Chapitos, a quienes se señala como los principales proveedores de esa droga que está matando estadounidenses. Un acierto del Ejército, la Marina Armada y la Guardia Nacional, pero ¿sólo con presiones exteriores funciona esto que aún llamamos gobierno? * * * Para disgusto de los llamados “duros” de Morena regresa Ricardo Monreal a conducir los trabajos del Senado de la República. Ingobernables, a los cuatroteros no se les puede dejar solos. * * * En afán de promover el mayor número de votantes en los comicios federales próximos, el INE ha decidido que, aunque las credenciales de elector venzan el próximo 31 de diciembre, sus poseedores sí podrán emplearlas para ejercer su derecho ciudadano. De cualquier forma, el plazo para renovarlas sí es perentorio: el 22 de enero de 2024. * * * Dice él que es su sexta visita a Acapulco desde hace un mes, luego de que el huracán Otis arrasara con vidas y propiedades en Acapulco. Y como consta que ha mentido muchísimas veces, nadie le cree a AMLO. Los más incrédulos son los damnificados a los que él no quiere darles la cara dizque “para cuidar la investidura”, lo que de plano es una cobardía. * * * Y por hoy es todo. Le deseo, como siempre, ¡buenas gracias y muchos, muchos días!